Felices, felices, felices han estado integrantes de bandas, más organizadas que algunas autoridades, que operan en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM).
Reportes periodísticos dan cuenta de que “en los últimos tres meses hubo un relajamiento en los operativos de revisión, lo que permitió que organizaciones delictivas reactivaran actividades de tráfico de armas, drogas y mercancía apócrifa, en complicidad con algunos empleados y mandos de la aduana”.
Apenas en abril pasado se había logrado un decomiso histórico de 45 toneladas de mercancía pirata de marcas de lujo, con un costo en el mercado negro de 200 millones de pesos. El entonces administrador de las aduanas nacionales, Ricardo Peralta, me dijo en su oficina que se estaba “rompiendo con la cadena de corrupción entre la gente que se dedicaba a cometer ilícitos, personal de la aduana y otros más que pudieran estar involucrados”.
Pero a finales de mayo, cuando Germán Martínez renunció a la dirección del IMSS, el presidente Andrés Manuel López Obrador movió de la Subsecretaría de Gobernación a Zoé Robledo y la vacante en Bucareli fue ocupada por Peralta Saucedo, quien a su vez cedió la dirección de aduanas a Ricardo Ahued.
Durante esa transición se habrían relajado los controles en la aduana de la terminal aérea a la que, paradójicamente, se han integrado elementos de las secretarías de Marina y de la Defensa Nacional.
Alguien debe muchas explicaciones, más y mejores resultados. La transformación del país debe notarse también en las aduanas.
Clase premium
Me entero de que en Bernal, Querétaro, se prepara una gran fiesta para el 31 de agosto. Vendimia & Cultura se denomina ese evento que se desarrollará en un castillo. Felicidades a los promotores, entre los que se encuentran los empresarios Luis Ruggeri y José Luis Resendiz, siempre comprometidos con su comunidad.
Andrés Carreón. Especialista en comunicación turística,
premio en promoción CDMX 2018 y Emmy en Estados Unidos.
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