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El líder del Cártel de Sinaloa, Joaquín «El Chapo» Guzmán, fue condenado a cadena de prisión por una corte de Brooklyn, en Nueva York, y tiene como destino final la prisión ADX Florence en Colorado.

Dicho penal, con la certificación «Supermax», por su extremo nivel de seguridad, tiene huéspedes peculiares por su peligrosidad como Ted Kaczynski, uno de los conspiradores de los atentados del 11 de septiembre, Zacarias Moussaoui; Terry Nichols, que perpetró el atentado con bomba de 1995 en Oklahoma, y Dzhokhar Tsarnaev, que puso una bomba en la maratón de Boston.
Los reclusos permanecen confinados en sus celdas individuales durante 23 horas.
Las celdas tiene una sola ventana de un metro de alto y están anguladas hacia arriba para que únicamente se pueda ver el cielo.
Los reos pueden ver televisión en sus celdas y también pueden tener acceso a programas educativos y servicios religiosos.
Los prisioneros se desplazan en el interior de la prisión escoltados y se realizan recuentos al menos cada seis veces por día.

ADX Florence está ubicada a 185 kilómetros al sur de Denver y alberga a 376 criminales.
Joaquín «El Chapo» Guzmán se escapó al menos dos veces de penales de máxima seguridad en México, como el Altiplano, en el Estado de México, y Puente Grande, en Jalisco.

Al momento de ser condenado en Estados Unidos, el capo dijo haber sido sometido a un trato inhumano.
«Mi caso estaba manchado y usted me negó un juicio justo cuando todo el mundo estaba mirando», dijo Guzmán en la corte a través de su intérprete.
Tras la sentencia, un vocero de la DEA dijo que Guzmán será recordado como uno de los peores narcotraficantes de la historia y uno de los hombres más violentos y poderosos.
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