Estamos en un momento crucial y de reflexión para sentar las bases de un partido de largo andar que tan solo en cuatro años pasó del 3 por ciento electoral a ganar la presidencia y la mayoría de cargos en la república con más del 50 por ciento de votos.
Ahora la clave será crecer de manera diferente a lo que se ha hecho en México: nunca pensar en un modelo de partido de Estado, como fue el PRI, en donde desde el gobierno se decidía todo; tampoco en un partido de corrientes, como el PRD o el PAN, fragmentado, dividido y sin una estrategia, ni mucho menos un partido de márketing, como se distingue claramente al Partido Verde o Movimiento Ciudadano.
Morena debe construir su propio camino para consolidar la cuarta trasformación en México. Tiene que mantener la frescura y rebeldía que lo ha caracterizado durante estos años y, al mismo tiempo, tener una consistencia ideológica y moral, forjando sus propios cuadros.
Por esto, pensar y decidir durante esta nueva definición de dirigentes interna sólo con miras a la elección intermedia del 2021 es reducirlo a una máquina de votos. El siguiente proceso electoral y los futuros dependerán del trabajo que el presidente, los gobernadores, alcaldes y legisladores hagamos: si damos buenas cuentas, los resultados serán muy favorables. Si no, despidámonos. La vanguardia es el gobierno.
La retaguardia de la 4T es Morena. El partido debe reforzarse en este periodo, con el Instituto de Formación Política, para poder socializar los valores y principios del movimiento. Debe mantener una actividad constante en todo el territorio nacional y escoger a las y los mejores para presentar sus nombres a las elecciones. Esa es la tarea.
Al mismo tiempo, el papel de nosotros los diputados será contribuir con la transformación, haciendo bien nuestro trabajo. Esta elección interna coincide con el momento en que los 256 diputados de Morena en la LXIV Legislatura podamos madurar una vez cumplidas las encomiendas legislativas que el presidente de la república nos dio.
Ya comienza un periodo de acordar, impulsar y desarrollar iniciativas legislativas que refuercen a la cuarta transformación, y no dejar estas tareas sólo en hombros del presidente, sino también en los del legislativo y la sociedad. Es muy importante, pues, la tarea que Mario Delgado tendría que estar haciendo en la Cámara de Diputados.
Hoy tenemos a una mujer de gran trayectoria: Bertha Luján, quien ha acompañado al presidente desde siempre.
Bertha es una mujer de tierra y mucha consistencia social, que haría posible construir el partido de manera favorable y en el movimiento que México necesita. Ella representa el espíritu de Morena y a los que siempre hemos construido, de la mano del presidente López Obrador, con mucho esfuerzo.
Es momento de consolidar la transformación.
@Javier_Hidalgo