Con frecuencia, los escándalos mal manejados no sólo afectan la imagen y reputación de las empresas, políticos, personas u organizaciones, también afectan sus finanzas en el momento inmediato y la confianza de sus audiencias para reponerse luego de las crisis. Ahora le tocó a Grupo México protagonizar una pérdida de más de mil 900 millones de pesos como consecuencia del derrame de ácido sulfúrico en el Mar de Cortés.
Hace unas semanas en el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) campus Sonora Norte me invitaron a impartir una conferencia sobre comunicación e imagen pública a estudiantes de distintas carreras y semestres. Los alumnos no entendían la importancia de la imagen pública hasta que de manera directa les expliqué: la imagen púbica es dinero para las marcas, políticos, empresarios u organizaciones, y pueden perderlo ante una situación de crisis, o ganarlo si hay una correcta gestión de la imagen y reputación.
En ese momento les compartí algunos ejemplos importantes, pero aún no ocurría el derrame en el puerto de Guaymas que hoy tiene a Grupo México con pérdidas millonarias y enfrentando una crisis de imagen y reputación de la que aún no conocemos su desenlace.
Grupo México y sus escándalos en Sonora
Cinco días después del derrame tóxico que esparció tres mil litros de ácido sulfúrico en aguas del Mar de Cortés, se hicieron virales a través de redes sociales fotografías y videos de distintas especies muertas en playas de Guaymas y San Carlos, como una tortuga marina o un lobo marino, situación que levantó alertas en los medios de comunicación, que hicieron eco de las imágenes.
El derrame de ácido sulfúrico ocurrido en el puerto de Guaymas no es el primero de la cuarta minera más importante del mundo; sin embargo, ha tomado relevancia por la participación de actores políticos y sociales que han impulsado el tema a través de los medios de comunicación y las redes sociales. Qué tan importante ha resultado que incluso el presidente Andrés Manuel López Obrador se refirió al tema en su conferencia mañanera del 15 de julio: “Si se cometieron daños, se tienen que reparar y se tiene que castigar a los responsables… (en su gobierno) ya no hay influyentismo (y por lo tanto) se va aplicar la ley sin consideraciones de ninguna índole… Ya no es tiempo (antes cuando) el gobierno estaba al servicio de los influyentes. Ahora se va a respetar la ley», dijo.
López Obrador no ha sido el único en pronunciarse sobre el tema. Napoleón Gómez Urutia, senador de la república y dirigente del sindicato minero, consideró que el gobierno debe cancelar o suspender las concesiones a empresas como Grupo México, que han incurrido en violaciones a la ley: “No es la primera vez. Ha sucedido en las minas de Taxco, Sombrerete, Cananea, Pasta de Conchos, ahora en Guaymas. Tienen que intervenir las secretarías de Economía, la Profepa, la del Trabajo y frenar esta impunidad porque, si no están invirtiendo en prevenir estos derrames, es algo que pone en riesgo a las comunidades y al medio ambiente”, señaló el dirigente sindical minero.
También en Sonora se prendieron alertas, el diputado local del PES Carlos Navarrete pidió declarar al empresario Germán Larrea, dueño de Grupo México, como «persona no grata» en la entidad tras los derrames de sustancias en el Río Sonora (2014) y en el Mar de Cortés. El legislador dijo que iría más lejos y buscaría, además, que el poder legislativo local exhorte al gobierno federal para que se retire la concesión de la mina de Cananea a Grupo México.
Pero ésta no ha sido la única ocasión en que Grupo México ha tenido pérdidas por fallas técnicas que resultan en perjuicios ambientales en Sonora. El 6 de agosto de 2014, la mina Buenavista del Cobre —operada por Grupo México— reportó un derrame de 40 mil metros cúbicos de ácido sulfúrico al cauce de los ríos Sonora y Bacanuchi, lo que representó la peor tragedia ecológica en la historia del país.
Esa crisis le costó al grupo minero más de 138.1 millones de dólares —11 por ciento de su utilidad neta de 2016— entre acciones de limpieza de suelo y agua y un programa de remediación en la zona, además de una multa por compensación de daños y perjuicios mediante un fideicomiso para atender a los pobladores.
Narrativa de irresponsabilidad ambiental
Los errores técnicos o humanos que ha protagonizado Grupo México han construido una narrativa de imprudencia ambiental en torno a la empresa, que suma al menos 14 desastres ambientales según registro de la organización Poder, quienes han documentado 127 infracciones federales que van desde derrumbes en sus minas hasta macroderrames de tóxicos.
La organización Poder ofrece un compilado de más de 10 desastres ambientales registrados desde principios de este siglo en México y otras latitudes del mundo, informe que ha sido recopilado por los medios de comunicación en el marco del derrame en el Mar de Cortés.
Pasta de Conchos. En 2006, 65 trabajadores de Grupo México quedaron atrapados en la mina Pasta de Conchos tras una explosión por la acumulación de gas metano.
Mina de plata de Bolaños. En 2010, una ruptura en la presa de “jales” de la mina de plata de Bolaños, propiedad de Grupo México desde 1993, provocó que se vertieran desechos tóxicos (mercurio, plomo y arsénico) al Río Bolaños en Jalisco, lo que derivó en la muerte de cientos de especies y afectaciones a los pobladores.
Río Santa Cruz. Meses después del derrame en el Río Sonora en 2014, un tren cargado con 240 toneladas de ácido sulfúrico, provenientes de Buenavista del Cobre, se descarriló y volcó a escasos metros del río Santa Cruz, en Nogales, Sonora.
Mina La Caridad. En 2016, en el municipio de Nacozari de García, en Sonora, dentro de la mina La Caridad, de Grupo México, un tanque volcó derramando 10 mil litros de ácido débil.
De esta manera, acumulando errores que se han convertido en desastres ambientales en pequeña o gran escala, Grupo México ha construido una narrativa que, en términos de percepción pública, coloca a la empresa como irresponsable y dañina para el medio ambiente, a pesar de las acciones de responsabilidad social que la minera realiza en las zonas donde mantiene operaciones.
José Manuel Urquijo. Consultor
y estratega en comunicación política
@JoseUrquijoR