¿Qué significa la cancelación de una fiesta patronal por inseguridad?

Las fiestas patronales en los pueblos de México son símbolos de la cultura, de las identidades culturales, son el reflejo de la conservación de las tradiciones y son el punto de encuentro de las comunidades que celebran sus creencias tradicionalmente religiosas. En Sonora, particularmente en los pueblos de la sierra alta, son fechas en que regresan los hijos ausentes, aquellos que, buscando oportunidades para crecer y desarrollarse, abandonaron el hogar para buscarse un mejor futuro. En las fiestas patronales las distintas familias que conforman la comunidad se convierten en una sola, en la gran familia del pueblo. Y en esta fecha, la más importante en el calendario anual, se renueva la fe y las creencias religiosas en el santo patrón.

De acuerdo con Yousy Baby Ramírez, de la Universidad de Guantánamo, si se parte del criterio de que a la identidad cultural le es inherente la comprensión consciente de la memoria histórica, bien puede considerarse la posibilidad de rescatar lo más auténtico de las tradiciones a partir del conocimiento y defensa del legado cultural que tanto cuesta a un pueblo crear, preservar y transmitir de generación en generación.

Por primera vez en su historia, esto no sucederá en el municipio de Nácori Chico, un pueblo de 2 mil 51 habitantes ubicado en el noreste del estado, a unos 304 kilometros de Hermosillo, que tradicionalmente celebraba a Santa Rosa de Lima durante la última semana de agosto.

La noche de este martes se dio a conocer que las fiestas patronales de este año fueron canceladas debido a la violencia que atraviesa el municipio. De acuerdo con reportes en redes sociales y medios de comunicación local, la noche del lunes y madrugada del martes un grupo armado abrió fuego contra varias viviendas en el centro del pueblo. En un escueto mensaje en la cuenta de Facebook de Cristina Murrieta, la cronista del municipio, se lee: “A la población de Nácori Chico y a sus hijos ausentes se les informa que: Por causas de fuerza mayor y por seguridad, se ha tomado la desición (sic) de CANCELAR las Fiestas Patronales. Atentamente, H. Ayuntamiento”.

Por su parte, el sacerdote Mario Jesús Diaz Padilla, párroco de la iglesia de Santa Rosa de Lima, informó que las celebraciones religiosas diarias serían por las tardes, pero sin las tradicionales procesiones en las que participaban los feligreses.

La noche de ese martes, en un comunicado de prensa difundido en medios digitales, las autoridades estatales informaron que la Policía Estatal de Seguridad Pública y la Guardia Nacional, junto con las autoridades municipales, acordaron reforzar los operativos de vigilancia y prevención en dicho municipio.

“Desde esta tarde (martes 27 de agosto) por aire y tierra elementos de la Guardia Nacional junto a la Policía Estatal fortalecen la operatividad de la Policía Municipal de esa comunidad y los alrededores. Se determinó que estarán de forma permanente con operativos constantes de vigilancia, prevención e inspección para garantizar la seguridad de los ciudadanos que habitan en esta región del Estado”, sin brindar detalle sobre las festividades.

Lo sucedido en Nácori Chico durante esta semana se suma a otras acciones que están ocurriendo en la sierra alta de Sonora. La semana pasada, el 21 de agosto, se registró el hallazgo de dos personas asesinadas envueltas en cobijas, en el mirador turístico La Cruz del Diablo, en el municipio de Huásabas, a unos 30 minutos del pueblo. Curiosamente, los medios de comunicación más importantes del Estado no informaron sobre estos hechos, como si por la lejanía de la capital fueran menos importantes.

Yo nací en Huásabas, la puerta de entrada a la sierra alta de Sonora, otro pequeño pueblo de menos de mil habitantes a unas dos horas de Nácori Chico. Crecí en un ambiente donde la inseguridad y la violencia no eran una preocupación. Donde los niños jugábamos en las calles sin que nuestros padres se preocuparan de que nos pasara algo. El tejido social era tan fuerte que entre los vecinos se cuidaba a los niños independientemente de que fueran o no sus propios hijos.

Pareciera que las nuevas dinámicas sociales y los nuevos retos en materia de seguridad han llegado también a las comunidades sierreñas. Aunque antes se sabía que por los pueblos de la sierra pasaba la droga para moverse hacia Estados Unidos, quienes lo hacían nunca se involucraron con las comunidades. En ese entonces parecía que el problema no existía. Nunca nos enterábamos de un enfrentamiento armado, de que encontraran a una persona asesinada y envuelta en cobijas. Mucho menos que algo tan importante como las festividades patronales tuviera que cancelarse.

La inseguridad se ha infiltrado en los jóvenes. La falta de oportunidades para seguir estudiando o tener un trabajo digno, junto a las nuevas y más complejas estrategias del crimen organizado para conservar su negocio, han creado un caldo de cultivo para que el tejido social comience a descomponerse en comunidades que históricamente habían mantenido la tranquilidad.

Tanto la gobernadora Claudia Pavlovich como el presidente Andrés Manuel López Obrador tienen el gran desafío de garantizar la seguridad en la entidad. ¿Cómo harán para crear más oportunidades de educación y empleo entre quienes viven en estas comunidades rurales, como Huásabas o Nácori Chico? ¿Qué estrategias implementarán para que estos pueblos dejen de ser invisibles para la autoridad? La cancelación de las fiestas patronales en Nácori Chico debería encender los focos rojos en el palacio de gobierno de Sonora, porque un acto tan simbólico como ese puede traer otro tipo de problemas sociales que afecten el desarrollo de las comunidades.

Parafraseando e interpretando al académico ecuatoriano José Pereira Valarezo, ante la ausencia de estas fiestas tradicionales Nácori Chico deja de reactualizar la visión que tiene de sí mismo y del mundo que le rodea, deja de reordenar y de orientar cíclicamente las relaciones al interior de su comunidad, comienza a dejar de redistribuir instancias de poder y prestigio y, sobre todo, deja de reproducirse a sí mismo a través de sus tradiciones culturales.

José Manuel Urquijo. Consultor y estratega en comunicación política

@JoseUrquijoR


Otros textos del autor:

-De represiones, garrotes y congruencia
-El costo del escándalo para Grupo México

Share on facebook
Facebook
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn
Share on telegram
Telegram
Share on whatsapp
WhatsApp
Share on email
Email

Relacionado

Recibe las noticias más relevantes del día

¡Suscríbete!