Las remesas son el dinero que envían las personas migrantes a sus lugares de origen. El presidente López Obrador estima que en el transcurso del 2019 la diáspora mexicana —la enorme mayoría localizada en Estados Unidos— enviará 35 mil millones de dólares en remesas a México. De ser así, se superará la cifra histórica de 33 mil millones de dólares enviados por nuestros paisanos y paisanas durante 2018.
Realmente es poco importante si se rompe el récord o no. ¿Qué es y cómo podemos entender 35 mil millones de dólares? En lo más general, es el fruto del trabajo de millones de personas, horas laborales y largas y duras jornadas que activan de manera simultánea las economías estadounidense y mexicana.
Desde hace unos años, las remesas son una de las principales entradas de capital extranjero a nuestro país, superando las ventas de crudo e hidrocarburos de Petróleos de México (Pemex). En términos porcentuales, se aproxima al 3 por ciento del PIB nacional. De ese tamaño es el trabajo de nuestra diáspora mexicana.
Es importante contextualizar que desde hace varios lustros el flujo migratorio entre México y Estados Unidos se ha revertido y que regresan más paisanos que los que se van. No obstante, la cantidad de transacciones y el dinero de cada una de ellas continúa creciendo.
Hay que tener cuidado en pensar que las remesas son las nuevas gallinas de los huevos de oro. Además del arduo trabajo de la comunidad mexicana, hay dos grandes factores que contribuyen al incremento del envío de las remesas.
El más importante es que la administración del presidente Trump buscaba cumplir su amenaza de que México pagaría por su caprichoso muro para dividir nuestros países. Una de sus propuestas, en caso de que México no pagara directamente, consistía en imponer impuestos a los envíos de remesas de las personas mexicanas y obligar que se identificaran como migrantes documentados. La incertidumbre en caso de que dicha política fuera aplicada explica en parte el crecimiento de los envíos de dinero. Hasta la fecha, afortunadamente, no se ha realizado (no obstante, el sitio web de Donald Trump todavía mantiene una breve hoja de ruta para implementar este plan). Es decir, la retórica antimigrante y el miedo de la población mexicana conforman una parte de la explicación.
En segundo lugar, la economía de Estados Unidos ha tenido un buen desempeño durante los últimos años, lo que requiere del trabajo de millones de personas migrantes, ya sean documentadas o indocumentadas. Los preocupantes signos de incertidumbre y desaceleración podrían generar un decrecimiento y quizá una disminución de los envíos.
En este mismo espacio describí anteriormente la ilusión que genera la 4T en la diáspora mexicana, entre cuyos integrantes incluso recibió más votos que en territorio nacional, en términos proporcionales. En estos momentos de incertidumbre para millones de nuestros compatriotas es muy importante hacerlos sentir cerca y que cuentan con el apoyo del gobierno. Hay 35 mil millones de razones para ello.
Luis Mingo. Internacionalista por la UIA con posgrados
en LSE y Fudan University. En cancillería trabajé en la
Subsecretaría para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos,
la dirección general de comunicación social
y el consulado de México en Seattle.
@Luis_Mingo_