La aduana Ebrard
En el gabinete de Andrés Manuel López Obrador hay cuatro hombres que, en fondo y forma, son los más cercanos al tabasqueño: Marcelo Ebrard, Julio Scherer, Alfonso Durazo y Alfonso Romo.
No sólo se sientan junto al presidente en las reuniones más importantes, también son una aduana para llegar a él.
Los reflectores y los aplausos están en el canciller, quien afirma que hay una disminución del 30 por ciento en el número de deportados y detenidos en Estados Unidos.
Horacio Duarte y Francisco Garduño también crecen en poder, pues ya tienen empleo mil 200 migrantes, cifra que presumirán en los próximos días.
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Las mujeres del presidente
Una maneja los dineros y otra las sanciones. Ambas son “sabuesos”. Ayer, en Michoacán, el presidente le pidió a Raquel Buenrostro, de la Secretaría de Hacienda, aguantar las presiones y amenazas y cumplir con los ahorros en las compras del gobierno federal.
Y en Palacio Nacional respaldó las indagatorias de Irma Eréndira Sandoval, titular de la Función Pública, contra el exdelegado estatal de la Secretaría de Bienestar en Jalisco.
Y hablando de mujeres y de bienestar, a quienes metieron en cintura fue a la secretaria y subsecretaria del Bienestar, María Luisa Albores y Ariadna Montiel, respectivamente, cuya relación estaba complicando la operación de los programas sociales, pues Montiel rebasó a su jefa en la grilla política. El ‘estate quieto’ funcionó.
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Cambio de timón
En Morena la época Yeidckol tiene los días contados.
Cercanos a Mario Delgado, coordinador de la bancada en la Cámara de Diputados, presumen tener el respaldo de 200 legisladores, quienes apoyarían su arribo a la dirigencia nacional.
Pero Bertha Luján, presidenta del Consejo Político Nacional de Morena —y quien también busca la presidencia—, no se quedó callada y acusó a Leonel Godoy de oportunista y de no ser militante. Sí, a Godoy Rangel, a quien impuso Polevnsky en la Secretaría de Gobernación.