En la ciudad monstruo hay pueblos originarios que resisten.
Regularmente invisibilizados por la urbanización, que no respeta sus territorios, leyes que no les contemplan, la marginación que les ha sido impuesta y por la falta de reconocimiento de sus formas de gobernanza, hoy libran una lucha más:
El gobierno y congreso capitalinos han impulsado tres leyes secundarias para la Constitución de la Ciudad de México que atentan contra ellos: la Ley de participación ciudadana, aprobada el 12 de agosto; la Ley de planeación del desarrollo, en actual proceso de consulta —que, por cierto, viola estándares internacionales en materia de derechos de los pueblos— y que buscan aprobar este 3 de septiembre; y la Ley de derechos de los pueblos indígenas de la Ciudad de México.
Estas leyes, impulsadas por Morena, atentan contra derechos de los pueblos originarios, como el de determinar sus propias formas de organización, representación y gobierno; su derecho colectivo sobre sus territorios y recursos naturales; el derecho a la consulta, con la grave pretensión de anularlo.
Además, imponen disposiciones como el reconocimiento de la propiedad privada por sobre la comunal u otro tipo de ocupación y utilización tradicional de las tierras, y condiciones como la «acreditación» y «registro» de los miembros de estas comunidades, como si «empadronarlos» les garantizara derecho alguno…
Aglomerados en Pueblos Unidos Frente a las Leyes Secundarias del Congreso de la Ciudad de México, habitantes de Xochimilco, Tlalpan, Álvaro Obregón, Cuajimalpa y Coyoacán ya se aventaron al ruedo, y han emprendido una lucha contra estas leyes ,abogando por su reconocimiento y el respeto pleno de sus derechos.
Mientras tanto, el congreso local ya lleva un rato presumiendo que la Ley de pueblos indígenas en la Ciudad de México sería una «punta de lanza» en el país en la materia. Órale.
Pero como el gobierno bueno se ejerce desde la gente y no desde la creatividad de los de corbata y zapatos de charol, los pueblos ya han armado foros, conversatorios y reuniones comunitarias para organizarse. Ya impugnaron la Ley de participación ciudadana y están alistando acciones públicas para ser verdaderamente escuchados.
Contra la imposición de la lógica del «desarrollo», que invisibiliza a los pueblos, que sobreexplota y mata nuestras reservas naturales —que son vida—, que nos niega otras formas de organización, gobernanza y comunidad, manifestémonos junto con los pueblos y barrios originarios este 3 de septiembre a las 10:00 horas frente al congreso de la Ciudad de México. ¡Amos!
También podemos apoyar conociendo y compartiendo: podemos seguir en redes a las diversas coordinaciones de pueblos y barrios originarios de la CDMX y enterarnos más aquí.
Luchemos, para que la ciudad sea, verdaderamente, de todos.
Regularmente invisibilizados por la urbanización, que no respeta sus territorios, leyes que no les contemplan, la marginación que les ha sido impuesta y por la falta de reconocimiento de sus formas de gobernanza, hoy libran una lucha más:
El gobierno y congreso capitalinos han impulsado tres leyes secundarias para la Constitución de la Ciudad de México que atentan contra ellos: la Ley de participación ciudadana, aprobada el 12 de agosto; la Ley de planeación del desarrollo, en actual proceso de consulta —que, por cierto, viola estándares internacionales en materia de derechos de los pueblos— y que buscan aprobar este 3 de septiembre; y la Ley de derechos de los pueblos indígenas de la Ciudad de México.
Estas leyes, impulsadas por Morena, atentan contra derechos de los pueblos originarios, como el de determinar sus propias formas de organización, representación y gobierno; su derecho colectivo sobre sus territorios y recursos naturales; el derecho a la consulta, con la grave pretensión de anularlo.
Además, imponen disposiciones como el reconocimiento de la propiedad privada por sobre la comunal u otro tipo de ocupación y utilización tradicional de las tierras, y condiciones como la «acreditación» y «registro» de los miembros de estas comunidades, como si «empadronarlos» les garantizara derecho alguno…
Aglomerados en Pueblos Unidos Frente a las Leyes Secundarias del Congreso de la Ciudad de México, habitantes de Xochimilco, Tlalpan, Álvaro Obregón, Cuajimalpa y Coyoacán ya se aventaron al ruedo, y han emprendido una lucha contra estas leyes ,abogando por su reconocimiento y el respeto pleno de sus derechos.
Mientras tanto, el congreso local ya lleva un rato presumiendo que la Ley de pueblos indígenas en la Ciudad de México sería una «punta de lanza» en el país en la materia. Órale.
Pero como el gobierno bueno se ejerce desde la gente y no desde la creatividad de los de corbata y zapatos de charol, los pueblos ya han armado foros, conversatorios y reuniones comunitarias para organizarse. Ya impugnaron la Ley de participación ciudadana y están alistando acciones públicas para ser verdaderamente escuchados.
Contra la imposición de la lógica del «desarrollo», que invisibiliza a los pueblos, que sobreexplota y mata nuestras reservas naturales —que son vida—, que nos niega otras formas de organización, gobernanza y comunidad, manifestémonos junto con los pueblos y barrios originarios este 3 de septiembre a las 10:00 horas frente al congreso de la Ciudad de México. ¡Amos!
También podemos apoyar conociendo y compartiendo: podemos seguir en redes a las diversas coordinaciones de pueblos y barrios originarios de la CDMX y enterarnos más aquí.
Luchemos, para que la ciudad sea, verdaderamente, de todos.
Paola Ramos. Chiapaneca. Egresada de Comunicación y Periodismo por la UNAM. Forma parte del Campamento Nacional de la Juventud Antifascista y Antiimperialista y de la 17a Escuela para Jóvenes Defensores de Derechos Humanos. Ha colaborado en SinEmbargo.mx, Reforma, El Big Data y Cencos.
@paooramoos
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