Hay dos tipos de violencia: una que destroza una que otra puerta de vidrio y computadoras de propiedad estatal y otra que hace añicos la vida de cientos de mujeres y de sus seres queridos.
La primera se registra esporádicamente, cuando la gente ya no aguanta y manifiesta su rabia. Luego, sus consecuencias se arreglan con rapidez y facilidad. La segunda se registra todos los días y no tiene enmienda: sólo en el primer semestre del año 369 mujeres han sido abusadas sexualmente y 118 más asesinadas en la Ciudad de México.
Y Claudia Sheinbaum dice que la provocación viene de quienes rompieron los vidrios de la Procuraduría capitalina el pasado 12 de agosto, en una legítima protesta contra el abuso policial y la impunidad ante la violencia feminicida.
Lo dice la titular de una administración que evitó que la Secretaría de Gobernación emitiera la Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres (AVGM) para la Ciudad de México —solicitada desde septiembre de 2017 por organizaciones, colectivas, académicas y víctimas— con el envío de un informe que no se transparentó y que no contaba con la consideración de los peticionarios.
Lo dice quien después prometió públicamente (el pasado 12 de junio) reunirse con el grupo de trabajo para dar seguimiento al proceso de declaratoria de AVGM, y se ha negado a tratar este tema en mesas específicas.
Lo dice la titular de una administración que filtró información sensible sobre un caso de abuso sexual a una joven, perpetrado por agentes del Estado, lo que llevó a la víctima a negarse a continuar con su búsqueda de justicia debido a la revictimización a la que ha sido sometida.
Lo dice la cabeza de una administración que, sacando jugo político a la coyuntura, instaló este 14 de agosto una mesa de diálogo —que presentó como única y novedosa— y convocó a organizaciones y defensoras para armar un plan ante la violencia feminicida y un programa para erradicar la violencia contra las mujeres. Qué raro, porque las organizaciones peticionarias de la Alerta han solicitado este plan desde hace al menos dos años y ya existen mesas de trabajo.
Qué raro, porque existe no sólo un informe amplio del grupo de trabajo para atender la solicitud de AVGM en la CDMX, sino un informe sombra del Comité Alerta CDMX, respaldado por más de 132 organizaciones, que contempla estas y muchas, muchas otras acciones que no han sido implementadas.
Pero claro: nosotras, las víctimas de esta violencia sistemática institucional, somos las provocadoras.
Pero, como exigir justicia no es provocación, este viernes salimos a las calles otra vez: en distintos horarios en al menos una decena de estados nos manifestaremos con diamantina en mano —ojo aquí, Jesús Orta— contra la violencia institucional contra las mujeres y en reclamo de justicia.
Pueden encontrar información en redes con el hashtag #NoMeCuidanMeViolan.
Las vías institucionales ya se agotaron. Toca romper vidrios.
Paola Ramos. Chiapaneca. Egresada de Comunicación y Periodismo
por la UNAM. Forma parte del Campamento Nacional de la Juventud
Antifascista y Antiimperialista y de la 17a Escuela para Jóvenes
Defensores de Derechos Humanos. Ha colaborado
en Sin Embargo, Reforma, El Big Data y Cencos.
@paooramoos