El Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador y la Presidenta de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), Rosario Piedra Ibarra entregaron el Premio Nacional de Derechos Humanos a la activista Obtilia Eugenio Manuel, integrante de la Organización de los Pueblos Indígenas Me’phaa.
Originaria del municipio de Ayutla, Guerrero, la activista indígena ha denunciado abusos militares como torturas y agresiones sexuales, además de casos de esterilización forzada en las comunidades. En febrero de este año Obtilia Eugenio fue secuestrada junto con Hilario Cornelio Castro, ambos liberados 4 días después.
Al recibir el reconocimiento, la activista reconoció la lucha anticorrupción emprendida por el presidente López Obrador y solicitó al Gobierno Federal entregar los recursos directamente a los pueblos a través de su comité de obras y no a los ayuntamientos a los que pertenecen, es decir, sin intermediarios, a fin de evitar el desvío de recursos.
Asimismo hizo un llamado a erradicar la violencia contra las mujeres, “no queremos ni un violador más en el camino”, declaró.
En la ceremonia se entregó un reconocimiento especial a Margarito Díaz González, defensor del medio ambiente, las lenguas maternas y los pueblos originarios, también fue representante de la comunidad Wirikuta. El reconocimiento lo recibieron Modesta Chávez de la Rosa, viuda de Díaz González, y su hija Gabriela Díaz Chávez.
Por su parte López Obrador aseguró que “antes el principal violador de los derechos humanos era el Estado. Ahora no es así porque no se permite la violencia, la tortura, el aniquilamiento, las masacres, las desapariciones, la impunidad. Y si algún servidor público viola derechos humanos, es castigado. No se tolera la violación de los derechos humanos”.