El Fentanilo es una droga de nueva generación más peligrosa que la cocaína. Esta droga de novedad se origina en el cambio de hábitos de consumo de drogas y en la disputa por los mercados de distribución sostenida entre grupos del narcotráfico. Crear nuevos hábitos de adicción es una lógica inherente al cambio de patrones de venta y consumo en quienes participan en el mercado de la droga.
¿Qué es el fentanilo?
Es un opioide sintético que tiene su origen de elaboración únicamente en sustancias químicas. Hay un auge en el mercado por dos motivos: tiene un bajo costo y una demanda creciente.
En cuanto al perfil de quienes están utilizando el fentanilo, se encuentran personas que ya utilizaban drogas del tipo opioide. Los usuarios de otras sustancias como la heroína se han ido mudando al fentanilo, que puede ser 50 veces más potente que la heroína; incluso letal en una dosis minúscula. Otra gran ventaja de producir esta potente droga –que también es 100 veces más poderosa que la morfina y altamente adictiva–, es que no depende de cosechas, recolectores ni de vigilantes en los sembradíos, pero sobre todo, el significativo ahorro de sobornos cuando se transporta en píldoras.
Consumidores de heroína están siendo engañados para hacerlos adictos al fentanilo.
Desde mediados de los 90 la heroína negra era la principal forma de heroína producida en el oeste de México. Clara Fleiz, investigadora del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz refirió que han observado cada vez más la forma blanca lo que la hace más fácil de ser mezclada con polvo de fentanilo. Aunque localmente se conoce como China White, no se trata de la forma de heroína del sudeste asiático que lleva el mismo nombre.
Los investigadores, que analizaron casi 90 jeringas y otros instrumentos usados por consumidores de heroína y metanfetaminas, hallaron que cerca del 75 por ciento fueron positivas al opioide sintético. Las únicas muestras que no contenían trazas de fentanilo fueron descritas por los consumidores como heroína negra o metanfetamina cristal.
Los consumidores de heroína en Tijuana “creen que están consumiendo China White, pero en realidad se están exponiendo al fentanilo” y sus peligros, dijo la doctora Fleiz en comunicación con InSight Crime.
Los investigadores se decidieron a emprender el estudio ante la preocupación de que el fentanilo formara parte de la oferta local de drogas cuando en los últimos años empezaron a ver un pronunciado incremento de las víctimas por sobredosis que necesitaban resucitación con naloxona, un potente antídoto para opioides.
“Empezamos a conocer información”, relata Fleiz, “de un polvo blanco que era más potente”.
Cártel Jalisco Nueva Generación y el Cártel de Sinaloa: reyes del fentanilo
La alta demanda del opioide en los Estados Unidos ha sido aprovechada por los cárteles mexicanos, los cuales producen y envían diariamente miles de kilos de la droga a suelo americano.
El fentanilo se ha convertido en la droga de moda en los Estados Unidos, situación que han sabido aprovechar muy bien los cárteles mexicanos como el de Sinaloa (CDS) y el de Jalisco Nueva Generación (CJNG), quienes obtienen ganancias millonarias por el trasiego, y cada vez más, por la fabricación del opioide.
La Agencia Antinarcóticos de Estados Unidos (DEA) señaló que en 2017 murieron 28 mil 466 personas por sobredosis de opioides, un promedio de más de 70 muertes al día. Se calcula que el 50% podrían ser por ingerir fentanilo.
Los reporteros Gerardo Reyes y Peniley Ramírez de Univisión Investiga, siguieron durante siete meses la trayectoria de violencia y destrucción que deja a su paso el fentanilo, desde su fabricación en laboratorios improvisados en Sinaloa hasta las calles del pequeño pueblo de Española, en Nuevo México, azotado por la epidemia de los opioides.
Hace apenas cuatro años los productores y distribuidores que trabajan comprando y enviando droga en Sinaloa no sabían qué era el fentanilo. Desde entonces, la producción de esta droga sintética ha acaparado el mercado y se ha convertido en el producto más popular entre quienes cosechan, fabrican drogas y las venden a otros distribuidores en territorio estadounidense.
Productores y distribuidores coinciden en que este opioide sintético al que llaman popularmente ‘el diablito’ o ‘chiva sintética’ es fácil de producir y exportar, ya que es casi imposible que lo detecten los perros o las máquinas de rayos x en la frontera.