La Secretaría de la Función Pública (SFP) informó que a través del Órgano Interno de Control del Issste, se resolvió aplicar una amonestación pública y una suspensión de cinco días hábiles a José Manuel Mireles Valverde, subdelegado en Michoacán del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (Issste). Lo anterior, tras las expresiones misóginas expresadas en septiembre pasado por el subdelegado en dos actos públicos donde llamó «nalguitas» y «pirujas» a mujeres y derechohabientes del Instituto.
Desde aquel entonces, las críticas por parte de mujeres, de colectivos, funcionarios, sociedad en general, y del propio Presidente Andrés Manuel López Obrador, no se hicieron esperar. Por ello la Secretaría de la Función Pública inició una investigación desde septiembre de 2019 para determinar si el funcionario contravino el Código de Ética de las Personas Servidoras Públicas del Gobierno Federal «al utilizar palabras denigrantes en dos eventos oficiales”.
Irma Eréndira Sandoval, titular de la Secretaría de la Función Pública, determinó sancionar con una amonestación pública y una suspensión de cinco días hábiles a Mireles.
Código de ética
El código de ética mandata brindar un trato igualitario a todas las mujeres y hombres, evitando cualquier menoscabo a la dignidad humana, los derechos y libertades que constituya alguna forma de discriminación. Y establece que las personas servidoras públicas deberán eliminar cualquier uso de lenguaje discriminatorio basado en estereotipos de género y fomentar una cultura igualitaria e incluyente.
Insuficiente la disculpa ofrecida por Mireles
Desde septiembre pasado el doctor Mireles, mediante su cuenta de Twitter, ofreció disculpas comentando que “sí se le escapan algunas veces los malos términos” y que es “una de mis formas de hablar erróneamente”, “pero siempre he tenido un gran respeto por la mujer”.
Sin embargo, Catalina Monreal respondió desde entonces en su columna en el periódico Excelsior al servidor público de la siguiente manera:
“Las palabras del doctor Mireles son un ejemplo del México misógino y machista en el cual todavía vivimos. El ofrecer una disculpa pública es más un acto “reflejo” o de una actitud “políticamente correcta”. Es claro que el funcionario público no ha internalizado que sus comentarios son sexistas y violentos, por lo tanto, puede ofrecer miles de disculpas, pero eso no será más que una farsa. Más allá de un mea culpa falso se necesita capacitar, sensibilizar y sobre todo internalizar que sus expresiones refuerzan el estereotipo de género y más violencia contra las mujeres”.