Norma Piña manipula la votación para aprobar proyecto de Alcántara

La ministra presidenta, Norma Piña, ha dado un paso polémico para aprobar el proyecto del Ministro Juan Luis González Alcántara Carrancá sobre la reforma judicial, un plan que pondría en riesgo la estructura de la justicia en México. A pesar de la falta de consenso en el pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Piña ha utilizado tácticas cuestionables para asegurar que el proyecto de su colega sea validado, incluso cuando no contaba con el respaldo necesario.

El proyecto de Alcántara Carrancá busca invalidar partes sustanciales de la Reforma Judicial aprobada por el Congreso, una medida que ha generado una fuerte oposición dentro del mismo órgano judicial. El propio Ministro Alberto Pérez Dayán se manifestó en contra de la procedencia de las acciones presentadas por PRI, PAN y Movimiento Ciudadano, señalando que los partidos no estaban legitimados para impugnar la reforma. Sin embargo, Piña, al verse ante la posibilidad de que el proyecto fracasara por falta de apoyo, interrumpió la sesión y convocó a un receso de 45 minutos, una maniobra que alteró la dinámica de la votación. Su objetivo era reducir el número de votos necesarios para aprobar la reforma de ocho a seis, lo cual resultó en una aprobación que, de otro modo, hubiera sido imposible.

El cambio de reglas en medio de la sesión no pasó desapercibido. Durante el receso, Piña logró ajustar la situación a su favor, debilitando la capacidad de otros ministros para frenar la reforma. La votación final dejó siete votos a favor y cuatro en contra, incluyendo los de las ministras Lenia Batres, Loretta Ortiz Ahlf, Yasmín Esquivel y Pérez Dayán, quienes habían expresado su desacuerdo con el proyecto de Alcántara.

Además, el comportamiento de Piña refleja una clara tendencia a imponer su voluntad sin importar la legalidad o los principios fundamentales de la Constitución. Durante la sesión, Piña destacó la «importancia histórica» del caso, pero al mismo tiempo empleó tácticas de presión para garantizar que el proyecto fuera aprobado, a pesar de los argumentos sólidos en su contra.

La manipulación de la votación es un ejemplo claro de cómo la Ministra Presidenta ha usado su poder para dar paso a una reforma judicial que podría alterar la estabilidad del sistema de justicia mexicano. La jugada de Piña deja en evidencia sus verdaderas intenciones y pone en duda la independencia y la imparcialidad de la SCJN bajo su liderazgo. Mientras tanto, la mayoría de los ministros que se opusieron al proyecto siguen luchando por mantener la integridad de la Constitución y la autonomía de la justicia en México.

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