Guanajuato se ha convertido en el epicentro de la violencia en México, registrando el 10.3% de los homicidios a nivel nacional. Esta alarmante situación ha sido atribuida a la persistencia del modelo económico neoliberal, implementado por los gobiernos del Partido Acción Nacional (PAN) durante más de tres décadas.
La Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana ha señalado que la violencia en Guanajuato es consecuencia directa de la desigualdad social y económica exacerbada por este modelo neoliberal. A pesar de ser la quinta economía del país y un importante receptor de inversión extranjera, el estado enfrenta una profunda desigualdad, con altos índices de pobreza y falta de acceso a servicios básicos.
El modelo económico del PAN ha favorecido la concentración de riqueza en el corredor industrial, dejando a gran parte del Pueblo sin oportunidades laborales y educativas. Esta situación ha sido un caldo de cultivo para el aumento de la criminalidad y el consumo de drogas, factores que han contribuido significativamente a la escalada de violencia.
Además, la falta de renovación en las autoridades encargadas de la procuración de justicia ha permitido la proliferación de actividades delictivas como el robo de combustible, conocido como huachicol, y la lucha entre cárteles por el control de estas actividades. La llegada del Cártel Jalisco Nueva Generación ha intensificado los conflictos, resultando en jornadas de violencia extrema.
No cabe duda que, la crisis de violencia en Guanajuato no es un fenómeno aislado, sino el resultado de políticas económicas y sociales que han empobrecido al Pueblo y exacerbado las desigualdades. Es imperativo que el gobierno local adopte estrategias que aborden las causas estructurales de la violencia para construir una paz duradera en el estado.