La Semana Santa no sólo representa una de las festividades más significativas del calendario mexicano, sino también una poderosa palanca económica. Para este 2025, se estima una derrama económica de 300 mil millones de pesos, lo que representa un crecimiento del 9.1% respecto al año anterior, gracias al sólido flujo de turistas nacionales e internacionales que abarrotarán los principales destinos del país.

El presidente de CONCANACO SERVYTUR, Octavio de la Torre de Steffano, destacó que esta temporada no solo fortalece el arraigo cultural y religioso, sino que sostiene a millones de familias al dinamizar sectores clave como el hospedaje, transporte, alimentos y comercio. “Semana Santa es un motor económico que no se detiene”, afirmó.

Hoteles casi al tope y destinos tradicionales al alza

Según datos de la Secretaría de Turismo (SECTUR), la ocupación hotelera rondará el 90% en destinos con alta carga turística y religiosa, como Iztapalapa, Oaxaca, Morelia, Taxco y Los Remedios en el Estado de México. En general, se espera una ocupación promedio nacional del 65.7%, superando el registro de 2024 por 2.2 puntos porcentuales.

El volumen de visitantes será contundente: 4.85 millones de turistas nacionales y 1.72 millones de turistas extranjeros recorrerán el país, beneficiando a una amplia red de micro, pequeñas y medianas empresas.

CDMX: epicentro de la bonanza turística

En la capital, se espera una derrama económica estimada en 21 mil 265 millones de pesos, un repunte del 29.4% respecto al año pasado, según la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo de la Ciudad de México (Canaco CDMX). Cerca de 47 mil unidades económicas serán impulsadas, en rubros como gastronomía, artículos religiosos, hospedaje, entretenimiento y agencias de viaje. La ocupación hotelera se estima entre 70% y 85% en la metrópoli.

Turismo interno: la apuesta estratégica

Gracias a programas como La Gran Escapada y México Muy Mexicano, la Concanaco Servytur continúa promoviendo el turismo nacional como un eje estratégico de desarrollo económico, consolidando al país como un destino competitivo y sostenible.

Semana Santa 2025, más allá de su carga simbólica, confirma su lugar como una temporada clave para el crecimiento económico, dejando beneficios palpables en todos los rincones del país.