Estamos a punto de cumplir los primeros 100 días de la presidencia de la primera mujer en liderar los rumbos del país, Claudia Sheinbaum Pardo. Algunos simpatizantes y todos los opositores aseguraban que gobernaría bajo la sombra del líder político más preponderante de la Cuarta Transformación, López Obrador. Igualmente, los opositores afirmaban con acento machista y misógino que la hoy Presidenta Sheinbaum solamente se limitaría a recibir indicaciones del tabasqueño, asegurando que sería él y solo él, quien seguiría gobernando desde Chiapas.
Al no ver indicios claros —los opositores— de sus afirmaciones sin fundamento, sobre la presencia del expresidente López Obrador en la forma, el estilo y técnica de aplicar el segundo piso de la cuarta transformación; los mismos que antes auguraban una continuidad de Andrés Manuel López Obrador, exigieron a la científica que se desmarcara públicamente del tabasqueño. No quisieron ver que esto, es continuidad con cambio.
Lo que sí hemos podido ver en los primeros 100 días de gobierno de la Presidenta y que son imposibles de refutar son los niveles de aprobación de la mandataria, pues estos están por encima del 70%, aquí no se cumplió la sentencia que algunos pregonan de “gobernar es defraudar”.
En estos primeros 100 días se han aprobado prácticamente todas las reformas constitucionales que dio a conocer la Presidenta Claudia Sheinbaum y que no se pudieron consolidar con López Obrador. Recordemos que el expresidente envío un paquete de 20 reformas, 18 constitucionales y dos legales. De estás, 15 ya fueron aprobadas y están publicadas; de todo lo anterior, 13 ya están en vigor. Recordemos que las reforma al Poder Judicial y el de la Guardia Nacional, las alcanzó a publicar el tabasqueño antes de que concluyera su mandato el primero de octubre del 2024.
De las reformas más relevantes, aparte de la judicial y de la guardia nacional, tenemos en materia de pueblos y comunidades indígenas y afromexicanos; en materia de salarios mínimos; en materia de vías de transporte ferroviario; la tan polémica reforma en materia de no impugnabilidad de las adicciones o reformas a la constitución; en materia de bienestar; en materia de vivienda; sobre protección y cuidado animal; sobre seguridad pública; respecto la prisión preventiva oficiosa; la de simplificación orgánica que elimina varios órganos constitucionales autónomos entre otros.
Como vemos el trabajo legislativo durante estos primero 100 días han sido intensos para la Cámara de Diputados, el Senado y los congresos locales, agregando que dará a conocer 20 nuevas reformas en materia de obra pública, adquisiciones, entre otras.
A lo anterior, también ha asumido un liderazgo natural en la región, volviéndose una de las mujeres más importantes y poderosas a nivel mundial. En el escenario regional con Canadá y EE. UU., el posicionamiento de México a través de la Presidenta ha sido claro, cooperación y pleno respeto a la soberanía de nuestro país, ejemplo de esto lo vemos en seguridad, transgénicos y combate a las adicciones, donde se ha implementado una fuerte campaña en contra del consumo del fentanilo, así como de otras drogas.
El fortalecimiento de los programas sociales se ha vuelto una constante, garantizando estas políticas públicas a jóvenes, mujeres en situación de vulnerabilidad; el reconocimiento de los cuidados es elemental, pues como la misma Presidenta lo ha dicho, lo que no se menciona no existe; igualmente se han creado nuevas secretarías como lo prometió durante su campaña como es la de mujeres, se ha fortalecido la secretaria de seguridad y protección ciudadana otorgándole facultades de investigación así como mayor inversión en la implementación del uso de la inteligencia para desmantelar organizaciones delictivas y generadores de violencia; nos ha demostrado que la técnica no está peleada con lo social; al contrario, ha puesto la técnica al servicio de la misma sociedad.
Respecto los proyectos de infraestructura y movilidad la mandataria ha dado a conocer los proyectos para incrementar las vías férreas y con esto la movilidad, conectando el norte con el sur del país, así como el reciente anuncio que dio sobre la creación de Olinia, el primer vehículo cien por ciento mexicano, armado y creado por ingeniería mexicana que busca mayor movilidad de forma eficiente, segura y sustentable.
La batalla no se ha ganado y mucho menos la guerra ideológica, lo que sí sabemos es que va avanzando de forma firme el segundo piso de la cuarta transformación, donde una mujer en un espacio acaparado por hombres como es la ciencia, la academia y ahora la política nos ha demostrado que sí se pueden hacer las cosas bien, con dimensión social, eficiencia y, sobre todo, con un humanismo mexicano.