El Presidente escandalizará a más de uno con el dicho de mandar “al carajo” a la escuela económica ortodoxa, con su trickle-down economics y su crecimiento fundado en los bajos salarios. Además del evento masivo de ayer, la CONASAMI anunció un aumento a los salarios mínimos de más del 20% en medio de una agresiva inflación, causada por shocks de oferta y cuellos de botella en las cadenas de suministro mundiales. Por primera vez en más 30 años (más o menos desde 1987), el salario recuperó su poder adquisitivo y al fin es posible comprar la canasta básica rural y urbana con un salario mínimo, qué mejor anuncio para defender el poder de compra del mexicano ante condiciones muy adversas que persistirán hasta la mitad de 2022.
Este logro, que fue hecho con el consenso de los sectores obrero, sindical y patronal, marca el fin de una era que tardó más o menos 3 años en morir. Se acabó la era de los bajos impuestos para los ricos y los bajos salarios para los pobres. Al carajo con ese régimen traicionero y rentista, tan cobarde y convenenciero; el propio Peña Nieto confesó que las élites lo traicionaron a pesar de haberles dado su apoyo, como cuenta el Presidente en su libro “A la mitad del camino”.
La intelectualidad de la oposición muchas veces critica las afirmaciones de que López Obrador está haciendo historia, pero la importancia de este hito de los salarios difícilmente podrá ser negada por cualquier analista serio. Podrán discutir la eficacia de los programas sociales o de la reforma energética, pero es innegable que más del 30% de los trabajadores en México han mejorado sus condiciones de vida mediante la Nueva Política Salarial.
Los logros como estos se ven reflejados en la vida cotidiana de la gente y difícilmente podrán ser publicitados de la misma forma que otros e incluso que las obras de infraestructura. Es probablemente uno de los logros que sea más importante sostener a lo largo del tiempo, junto con la reforma que elimina el outsourcing. Los propios bancos privados (p. ej. BBVA) han admitido en sus análisis recientes de la economía mexicana que el sector del empleo tiene un dinamismo inusitado y lo atribuyen en gran medida al fortalecimiento del mercado interno y a la estabilidad a mediano y largo plazo que trae el que los trabajadores no estén contratados por outsourcing.
Estos logros, discretos y necesarios, son una demostración de que hay un modelo y una política económica coherentes para beneficiar a las mayorías además de los programas sociales. Todo esto, logrado en el marco de una pandemia global y con problemas en todos los sectores de la economía por el encierro, demuestra que México puede defender su política de beneficio a las mayorías de la oposición, pero también de condiciones externas desfavorables. Esta escuela de economía soberanista deberá permanecer los siguientes tres años y el posible sucesor/a que tome la batuta de la Cuarta Transformación deberá garantizar su continuidad.