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Bienestar y justicia social, ¿posibles?

Poco a poco, desde hace ya muchos años, las personas quienes han sido partidarias de la 4T han construido un espacio de inclusión para todas las voces que fueron calladas por un régimen que se resiste a irse.

Esa Transformación es hoy una realidad y, paso a paso, poniendo las cosas en el lugar que les corresponde, los integrantes del antiguo régimen político terminarán por ceder, encarrilarse en la nueva dinámica de “no mentir, no robar y no traicionar” al Pueblo. El Pueblo decidió terminar con la simulación en el gobierno sacando de ahí a quienes hacían negocios privados con los recursos de la gente.

Y para muestra están los retos mayúsculos no solo presupuestales sino burocráticos a los cuales se ha atendido por parte del gobierno federal, y en los demás órdenes de gobierno donde la 4T ha llegado.

Los esfuerzos se han enfocado en revertir la inercia de la pasividad y el beneficio de grupos privilegiados que veían en el gobierno una fuente inagotable de terciarización de los recursos para mantener sus privilegios.

Desde esa comodidad del privilegio, el prianismo les había negado los derechos humanos y sociales a las personas quienes, para ejercerlos, además debían hacerse de asesoría pagada. Como si con ello no tuvieran que sacrificar el alimento, el transporte, vestido o el acceso a los servicios públicos.

La comparsa en la que vivían los gobiernos locales junto con la presidencia en turno es evidente ahí donde la injusticia social dejó su huella. Se alzaba la voz y, como consecuencia, se castigaba a las víctimas en lugar de atenderlas.

Así la dinámica de las instituciones dentro y fuera del gobierno, ¿cómo se puede lograr que todas y todos los mexicanos se encuentren no pobres y no vulnerables? La respuesta es compleja no sólo por la medición en múltiples dimensiones sino por causa de los más de cien años de ejercicio pasional de la administración pública.

Son pocos los análisis que cruzan la arquitectura institucional del bienestar con los indicadores que CONEVAL ha construido a lo largo de su creación reciente. ¿Existe duplicidad de funciones? ¿El prianismo construyó una vía clara e inequívoca por la cual transiten los recursos económicos de los tres órdenes de gobierno para beneficiar a las personas? Las respuestas son que sí existen duplicidad de funciones y el prianismo no construyó una vía clara e inequívoca por la cual transiten los recursos económicos de los tres órdenes de gobierno.

La duplicidad de funciones no significa la desaparición de instituciones sino la transformación de los componentes del gobierno, colocando esa duplicidad en el seno de la institución que marcaría la pauta para el trabajo de las demás.

Nunca existen suficientes recursos económicos cuando se trata de equilibrar las condiciones sociales, por lo tanto, concentrarlos sobre un mismo objetivo no solamente es sano sino una condición sin la cual es imposible que un gobierno logre sus objetivos en el menor tiempo y con mayor ahorro.

¿Bienestar y justicia social, posibles? Sí, superando la resistencia a la transformación de la obediencia al Pueblo.

 

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