Primera parte
Hablar de democracia en tiempos del postneoliberalismo conlleva necesariamente a cuestionarse las reglas impuestas por el antiguo régimen que creíamos incuestionables: por ejemplo, la necedad de validar la participación política a partir de la individualidad. Esto no fue por generación espontánea: obedece a un proceso que arrastramos desde hace 30 años y que tocó su punto más hondo en el fraude de 2006. El ejemplo más claro de la herencia maldita se resumió en una frase, “haiga sido, como haiga sido” con la que sínicamente Felipe Calderón inmoralizó la política y la vida pública de México. Las consecuencias no se redujeron a una nota que nos avergonzaría como país, pues calaría en los sectores más desprotegidos. El mensaje era claro: El proceso democrático no importa, solo importaba ganar a costa del sufrimiento de los más pobres.
Fue tal la decadencia que causó el neoliberalismo, que hasta los sectores teóricamente aliados como los grupos ambientalistas e indigenistas cayeron en la trampa de la democracia (neo)liberal. Recientemente se publicó una nota donde una Asociación Civil reclama el derecho a la Consulta de la comunidad de Xpujil, cabecera Municipal del Calakmul Campeche, comunidad que vive el estrés hídrico como pocas partes del país, y ya no hablemos de servicios públicos o derecho a educación y empleo. Esta nota no es casual, tiene trampas, no solo legales, sino hasta gramaticales. Por ejemplo, habla de un número de boletas vs padrón electoral, dichas boletas son de un proceso no obligatorio, pues son sobre un proceso ciudadano basado en el simple postulado de que el pueblo es sabio y puede tomar decisiones, mismo proceso que no pretende validar o representar a las comunidades, es más, era la oportunidad para que todas esas personas no pertenecientes a comunidades indígenas de la zona que estaban ansiosas por dictarle a los Pueblos qué hacer se organizaran en contra, pero el resultado fue muy revelador: el estado de Campeche, Yucatán, Tabasco y Chiapas que tiene menos afluencia de turismo, votaron a favor en mayor medida, mientras que el Estado de Quintana Roo, que alberga a más del 60% del Turismo Internacional y que ha tenido el mayor crecimiento económico de la zona, específicamente en la zona de Cancún, votó en mayor medida en contra, la respuesta obedece a que los Estados con potencial turístico y agroindustrial que no tienen la infraestructura y servicios que Cancún sí tiene, están a favor del proyecto. Esta fotografía de la península es muy representativa del país: quienes gozan de mayores servicios y posibilidades de desarrollo pueden elegir entre tener un proyecto de tal importancia, o no. Luego viene la otra trampa, cuando hablan presuntamente de los derechos violados de la comunidad de Xpujil no está el derecho al medio ambiente, sino el de la consulta, mismo que extrapolan en números, sin entender que cuando se trata de derechos indígenas suelen ser derechos colectivizados y no individuales, pero hablan de la peligrosidad de un Tren en la Selva, en una vía que ya existe en medio de la selva que se incendia por los cazadores en búsqueda del tráfico ilegal de jaguares y aves sin dar nota. Luego viene la tercera trampa: los derechos de propiedad social representados por el Ejido o bienes comunales que pueden ser o no indígenas, pasan también a ser cifras, como si un derecho fuera intrínseco al otro, sugiriendo que todos las comunidades indígenas se encuentran en ese universo, y aunque uno no excluye al otro, no son necesariamente vinculantes. Además, lo que corresponde al derecho a la propiedad social, no prescribe. Si bien es cierto que desde la Reforma de Salinas al Artículo 27 vino una crisis para la propiedad social sin precedentes, es función de los ejidatarios(as) y comuneros(as) cambiar sus autoridades mediante asamblea conforme a la Ley, proceso en el que el Estado no debe trasgredir.
¿Y la consulta del Tren Maya qué tiene que ver con la democracia en tiempos de neoliberalismo? Todo, tiene que verlo todo, sobre todo para los sectores situados históricamente en la comodidad de un teléfono con internet critican la organización popular que no empata con la idealización de lo que es o no indígena, y que sin rubor alguno critican un resultado sin conocer el proceso. Sin embargo, este proceso no fue un mero trámite burocrático, tan es así que a petición de la comunidad de Xpujil hubo un cambio de sede de la estación pues la original estaba diseñada para la zona arqueológica y se modificó por medio de la consulta pasándola a la cabecera Municipal donde viven la mayoría de las personas y confluye la mayor parte de la vida pública y política.
En tiempos de sequía, como lo prometieron los antiguos, en 2019 los animales menos rumiantes se acercarían a las casas a pedir agua, se secarían los ojos de agua de la selva y la siembra se vería afectada, el estrés hídrico es tan grave que la recolección de agua de llave no es una opción ni respuesta futurista, sino una obligación, pero esto no es algo de lo que hablen los supuestos defensores de la selva.
Calakmul, municipio preponderantemente indígena no necesita voceros ni representantes de la Ciudad de México que intenten ganar por la vía judicial lo que perdieron en una asamblea, sin embargo, dadas sus condiciones geográficas, estas comunidades no solo deben luchar cada día contra la sequía, la marginación y la pobreza, sino por la representatividad de sus derechos, cuentan los habitantes de una migración poco usual de personas que no son mayas, sino provenientes de los pueblos Chontales y Tzetzales organizados no en comunidades sino en caracoles como en Chiapas, cuentan que el reclutamiento para la organización de este nuevo Caracol no es orgánicamente de los pueblos Mayas sino una mezcla de migrantes y personas ajenas al municipio de Calakmul, por eso no es casualidad que la nota antes citada haga referencia al CNI y EZLN. Este año será determinante para la región, por un lado se espera que la sequía no agudice los problemas ya existentes y por otro, si la mayoría de las personas de Calakmul lograron hacer un cambio en la estación del Tren con organización e información, tendrán que sostener su aspiración a pesar de quienes no conocen la importancia de los procesos, como este, que es histórico.
Kenia Hernández Antuna. Servidora del Pueblo, politóloga por la UNAM, militante de izquierda. Aprendiz del General Lázaro Cárdenas y del Presidente Andrés Manuel López Obrador.
@KeniAntuna