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Causas perdidas

Dedicado a mi madre que enfrenta una de tantas batallas en el desierto

El primer domingo de agosto queda enmarcado en la memoria histórica como el comienzo del lucero que ilumina la voz de les históricamente humillades, desposeídes y explotades, de aquellas y aquellos cuya lucha nunca fue escuchada y cuyas exigencias los poderes fácticos prefirieron apabullar y enmudecer, en el laberinto de lo olvidado, en la larga y cruel oscuridad de la noche de la hidra capitalista patriarcal, machista y pulcra. Se enfrentaron en una batalla parmente por décadas con quienes siempre luchamos por las causas perdidas, de las que solo se busca conocer y encontrar verdad y justicia.

Sin embargo, el domingo primero de agosto las exigencia de justicas de cada una de aquellas batallas resaltaron en la consulta popular para investigar a los actores políticos del pasado -expresidentes de México- que hayan cometido un latrocinio y crímenes en contra la sociedad mexicana;  millones de mexicanos tomaron la decisión de salir a velar su derechos políticos, desprendidos de la democracia participativa en la toma de decisiones del ámbito público y político, para poder juzgar a los actores del pasado. Todo esto ocurrió a pesar de la guerra sistemática y permanente de los medios de información y de grupos de oposición a la reivindicación popular y a la democracia participativa, como algunos gobernadores que se negaron a escuchar lo que por años el Pueblo ha demandado.

El ejercicio de la consulta popular logró un tremendo objetivo que antes no se había imaginado en ningún momento de la historia de México por la falta de madurez política, debido a la gran soberbia y la vanidad de los diferentes movimientos sociales. Esto sí se logró el primero de agosto: unir todas las luchas en busca de la verdad y justicia bajo un solo estandarte, obteniendo un cambio circunstancial cualitativo y negando lo cuantitativo de cada lucha. Se obligó a la organización política y social a romper con las diferencias, el sectarismo, la soberbia y sacar ventaja política para permitir que vivieran las coincidencias y entender que la lucha contra el sistema no solo es económica, sino política.

La infodemia desmesurada en torno a la consulta popular fue brutal, utilizando todo tipo de recurso comunicacional para calumniar, desprestigiar y engañar a la ciudanía como una continua “la guerra sucia” a este ejercicio, lo que propició que se difundiera como un fracaso rotundo, que no cumplió con los objetivos establecidos, que los ciudadanos que ejercieron su derecho a ser consultados o como si fuera una proporción insignificante de mexicanos que quieren juzgar a los que cometieron los latrocinios y crímenes a la humanidad y al medio ambiente en el pasado. Simplemente se quiere ocultar y minimizar lo que por mucho tiempo se le escondió al Pueblo mexicano y que ahora se conquistó a partir de la nueva etapa que esta floreciendo en México: la democratización de los espacios públicos y políticos en el gobierno de la Cuarta Trasformación. Una muestra es la democracia participativa con el ejercicio de la consulta popular. A pesar de que era un derecho garantizado en la constitución desde la reforma política de 2012, nunca se permitió el acceso al derecho de consultar al Pueblo por un asunto público, era solo un adorno de formalidad de presunción del Estado mexicano para afirmar que existe libertad y democracia y que el poder emana del Pueblo.

Que se entere la oposición y quienes por décadas se han beneficiado de la explotación de la clase trabajadora, que el Pueblo mexicano se tardó en conquistar las herramientas de la democracia participativa; sin embargo, ya la descubrió y nunca la olvidara se observa en el porvenir que las consultas populares será la mayor herramienta del Pueblo organizado contra los explotadores y hacendados.

¿Nos organizamos?

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