La historia se repite una vez más en Chihuahua, después de acabar la administración de Cesar Duarte con una deuda de 55 mil millones de pesos y pasar por el gobierno de Javier Corral Jurado que no hizo ni un ínfimo esfuerzo por aplicar un real plan de austeridad, aumentando incluso la deuda estatal, ahora, con el regreso del duartismo representado en Maru Campos, retorna la misma práctica de saqueo y endeudamiento.
A una semana de iniciar la administración de la nueva gobernadora del estado de Chihuahua, Maru Campos, ha solicitado un nuevo crédito de 800 millones de pesos, que se le sumará a los 55 mil millones que dejó Cesar Duarte y que el exgobernador Javier Corral Jurado aumentó a 72 mil millones de pesos.
Bastantes años de concientización y trabajo le costó al Pueblo chihuahuense organizarse y actuar para terminar con uno de los periodos más obscuros y corruptos en la historia del estado de Chihuahua como para ahora regresar al mismo cuento de empeño del futuro de los chihuahuenses.
A la par del robo, saqueo y despojo del patrimonio de los chihuahuenses, el enriquecimiento de los principales operadores políticos de César Duarte así como la multiplicación inexplicable de su propia fortuna, uno de los principales problemas y reclamos de la ciudadanía durante aquella negra administración fue la gran deuda que se heredaría a los chihuahuenses y que terminó siendo de más de 55 mil millones de pesos.
Buscándole bien y siendo justos, si algo bueno se puede encontrar del ahora pasado gobierno del exgobernador Javier Corral Jurado fue el combate a la corrupción que se había esparcido por todos los poderes e instituciones en el estado de Chihuahua, principalmente durante la administración de Cesar Duarte, mismo que actualmente se encuentra detenido en Miami, esperando a ser extraditado a México con la esperanza de que el Pueblo chihuahuense recupere algo de lo robado.
El trabajo diario y constante no fue una de las virtudes que caracterizaron a Javier Corral como titular del ejecutivo estatal; tampoco se llevó a cabo un verdadero plan de austeridad que permitiera restablecer, aunque fuera en una mínima escala. el desastre financiero que arrastra el estado desde hace algunas administraciones, tocando fondo durante el duartismo (cuando la deuda estatal cerró al final de la administración en más de 50 mil millones de pesos).
No toda deuda es mala: utilizada, de manera buena, honesta y responsable, puede ser una excelente herramienta que ayude al progreso y bienestar de los estados. Chihuahua, al igual que la mayoría de las entidades endeudadas en México, no es el caso. El recurso de la deuda se utilizó exclusivamente para pagar gasto corriente, cuando bien nos fue, porque en su mayoría fue a parar a los bolsillos de la clase política y empresarial corrupta de Chihuahua o termino siendo el principal recurso de las campañas políticas del PRI.
La buena noticia es que ahora las condiciones políticas son distintas a la época en que reinaba César Duarte. Será complicado que la nueva administración que encabeza Maru Campos lleve a cabo un desfalco de igual magnitud. Ahora contamos con el respaldo del gobierno federal, así como una buena representación tanto en el Congreso del Estado como en la Cámara de Diputados y Senadores. El avance de la Cuarta Transformación en todo el país y el combate a la corrupción que se lleva a cabo de manera centralizada deberá servir como escudo ante lo que aproxima.
La gran responsabilidad recaerá de nueva cuenta en la ciudadanía organizada, en generar y fortalecer la unidad dentro del movimiento que encabeza la 4T y en todas y todos los chihuahuenses que no permitirán que nuevamente su futuro y el de sus hijos estén en juego.