El cambio real que sucede en México cada día en tiempos de humanismo mexicano.

Hablemos de la transformación real que sucede ahora en México, muy lejana a lo que ocurre en la República de Twitter con conversaciones llenas de odio o contaminadas por intereses individuales y mezquinos, o en las diversas narrativas que intentan imponer los medios tradicionales al servicio del poder político.

Desde que gobierna el Lic. López Obrador ha surgido un cambio radical en las estructuras políticas y de gobierno. Ahora se pone en el centro el bienestar de las personas y eso no pueden negarlo ni los más férreos adversarios.

Me llena de alegría de ver cada día como las personas adultas mayores en México recobran poder adquisitivo al tener garantizada su pensión del bienestar como derecho universal —gracias a la lucha que encabezó el presidente de México desde que fue jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal—. Eso ¿quién lo puede negar? Los vemos en los bancos sacando su dinerito, en las tiendas, en la panadería yendo por su pan favorito, comprando regalos lindos para sus personas más queridas.

Las juventudes mexicanas que siempre fueron relegadas, etiquetadas y olvidadas ahora están muy ocupadas aprendiendo a trabajar en Jóvenes Construyendo el Futuro, ya no más discriminación señalándolos de «ninis», ahora cuentan con muchas más oportunidades que en la época neoliberal donde los orillaban a migrar o a ser halcones. Las becas universales para jóvenes de educación media superior y superior, les han permitido tener acceso a la información, a la cultura y al entretenimiento a tantas juventudes mexicanas, han cambiado vidas profundamente. Asimismo, las personas con discapacidad y las madres solteras cuentan con un apoyo real para poder salir adelante con equidad social e inclusión.

La semana pasada surgió en TikTok una tendencia llamada «Cómo te puedo pagar» donde usuarios de esa red social, en su mayoría jóvenes, le agradecen a AMLO por los programas sociales que ha impulsado y han mejorado la calidad de vida de esas personas que crearon la maravillosa tendencia.

En pocas líneas cuentan su experiencia y llenos de gratitud informan que han tenido logros y alegrías gracias a los programas de bienestar. En lo personal, me ha parecido tan conmovedor, hasta las lágrimas, porque son reales esos avances.

La felicidad y el progreso de las personas son resultados que valen oro.

¿Cómo le vamos a pagar a ese gigante?