Ciudad de México a 17 mayo, 2025, 12: 00 hora del centro.
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Con listas, pero sin argumentos

La polémica que generó Claudio X. González después de publicar en Twitter que se deberían hacer listas con la gente que ha apoyado la Cuarta Transformación, delata el pensamiento conservador y retrógrada que maneja este grupo de traficantes de influencias que buscan volver a tener el poder de México.

No es la primera vez que vemos este tipo de actitudes en redes por parte de los conservadores. Pero llama la atención que esta vez no se disimuló en el tono en el que normalmente se dan las discusiones.

Aunque muchos lo negaron y quisieron contradecir este tipo de declaraciones, se hace evidente la poca vocación democrática que hay en los principios de la oposición, pues consideran que hay que catalogar a la población que ha apoyado el proceso de transformación nacional.

Sigue siendo emblemático que en el país del supuesto “autoritarismo populista”, cualquiera que critica al gobierno puede hacerlo con total libertad, también que no hay censura en los medios de comunicación y que prácticamente ninguna de las características de un régimen autoritario se cumple.

Pero, por supuesto que esto no es del interés de Claudio X y el grupo político que lo acompaña, sino el de lograr adjetivos exagerados y escandalosos para provocar una reacción sin profundizar en los argumentos de desacuerdo.

Esta ha sido una de las estrategias que han seguido durante gran parte de la carrera política y del gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador. Así lo han hecho para evitar la confrontación de ideas en la forma más básica de una democracia. Pero, de seguir con un debate frontal, tendrían que responder a las grandes interrogantes sobre los recursos con los que financian sus campañas o las corruptelas que desde el poder económico o el poder político se han solapado entre unos y otros.

A pesar de los intentos de Claudio X. por querer “rectificar” (si es que acaso se le puede llamar así) lo que estableció en su declaración, su posicionamiento seguía siendo el mismo, pues no buscaba bajar el tono, sino esquivar un poco el elemento más escandaloso.

Llama la atención que conforme se ha hecho más pública la cercanía que hay entre VOX, los grupos más radicalizados de la derecha y la oposición, el tono de sus campañas y declaraciones han sido cada vez más drásticas y escandalosas.

Desgraciadamente, estos escándalos empiezan a convertirse en una normalidad en los medios de comunicación, pues nunca se baja el tono o se profundiza en las ideas que hay detrás de las declaraciones o acciones. Esto podría llevarnos a creer que la amenaza de un magnate con llevar listas de quienes apoyan una fuerza política o acciones similares, son algo aceptable en una democracia.

La conversación pública necesita renovarse, aunque desgraciadamente no puede hacerse esto porque los medios de comunicación están más interesados en vender clics en sus sitios web que en ofrecer información y en que sus aliados políticos ganen alguna reacción de afinidad o, en su defecto, romper con la simpatía al Presidente y el proceso de transformación nacional.

 

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