En días recientes, el Presidente López Obrador alertó que detrás de la resolución del juez Rodrigo de la Peza en el Tribunal Electoral, para ordenar los dos nombramientos faltantes, está el interés de quitarle a Morena el plan C.
“Es un plan con maña porque los dos que quieren poner son del bloque conservador, y entonces tendrían mayoría en el Tribunal”, reveló el mandatario.
No podemos olvidar que en los pasados comicios del 2 de junio la Cuarta Transformación, materializada en Morena, logró obtener la mayoría calificada en la Cámara de Diputados, lo cual significa que la gente quiere que se haga el Plan C.
¿Qué es el Plan C? Es un conjunto de 20 reformas constitucionales enviadas por el Presidente López Obrador para profundizar la Transformación del país y, también, desmantelar al viejo régimen neoliberal que pudo meter sus tentáculos en instituciones democráticas.
La principal de las 20 reformas es la del Poder Judicial, el cual está infectado por la corrupción, que tiene como objetivo de que los magistrados, ministros y jueces sean elegidos a través del voto popular.
Es importante empezar por este poder, ya que los ministros declaran inconstitucional la mayoría de las reformas que se han aprobado en el congreso durante este gobierno. En otras palabras, la Suprema Corte no respeta las decisiones del poder legislativo que es elegido por el Pueblo.
Por ejemplo, los ministros Alberto Pérez Dayán y Luis María Aguilar declararon inconstitucional la Ley de la Industria Eléctrica, aprobada en marzo de 2021. Asimismo, la Suprema Corte declaró, con ocho votos a favor, la inconstitucionalidad de la adscripción de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional a pesar de que fue aprobado por el poder Legislativo.
Tampoco olvidemos que durante la construcción del Tren Maya, el Poder Judicial estuvo otorgando suspensiones en la construcción de diversos tramos de esta obra estratégica.
Por tanto, la virtual Presidenta electa, Claudia Sheinbaum, se comprometió que la reforma al Poder Judicial será discutida y aprobada iniciando la próxima legislatura el primero de septiembre.
Además, ya iniciaron los foros de discusión de la iniciativa, donde participaron los 11 ministros de la Suprema Corte y aunque hubo posturas divergentes, los asistentes coincidieron que esta discusión es inédita.
Cabe señalar que el grupo parlamentario de morena y aliados sostuvieron la necesidad de que los magistrados, jueces y ministros sean elegidos por el voto popular.
Sin embargo, algunos ministros manifestaron no estar a favor del mecanismo para elegir a sus integrantes, además, la presidenta de la Suprema Corte, Norma Piña Hernández, aseguró que estas modificaciones estructurales no pueden ser realizadas con velocidad.
“La reforma judicial que hoy nos convoca no debe pesar más la celeridad que la idoneidad (…) el paso veloz ante modificaciones estructurales solo puede dar entrada a problemas mayores,” sostuvo Piña.
Por su parte, el ministro Juan Luis González Alcántara, propuesto por el Presidente Andrés Manuel, argumentó que la reforma pone en “riesgo” la autonomía del Poder Judicial, así como la división de poderes.
Por cierto, el Presidente celebró que los ministros estén participando en estos diálogos, además, le dio gusto que ya algunos estén aceptando que se elijan a los integrantes de este poder.
Gracias a que se ganó la mayoría en la Cámara de Diputados los ministros hasta fueron a dialogar con los legisladores, dado que no lo hicieron cuando el cinco de febrero se presentó la iniciativa.
La mayoría de los ministros, jueces, así como los magistrados y los partidos opositores no quieren que el Poder Judicial, porque perderán todos sus privilegios.
Por ello no dudo que harán todo lo posible para quitarle a Morena la mayoría calificada, pues recordemos que en el Tribunal Electoral hay integrantes que simpatizan con el conservadurismo, por lo que también es necesaria la reforma electoral.
Es más: aún no se ha aprobado ninguna reforma del plan C, por lo tanto, Morena no se puede dar el lujo de tener divisiones internas y, mucho menos, pedir que se expulse a un diputado electo, debido a que si logran esa explosión irían por la renuncia de otros legisladores para ir mermando la mayoría calificada.
No podemos confiarnos, la derecha disfruta cuando la izquierda se fractura como lo que está pasando en Bolivia entre Evo Morales y el actual Presidente Luis Arce.
Dicho lo anterior, es fundamental llamar a la unidad y que no se caiga en ninguna provocación de la derecha. Sabemos que nos pueden gustar o no algunos legisladores electos, pero el Plan C debe ser prioridad para que por fin podamos desmantelar por completo el viejo régimen.