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¿De qué podría salvar a Veracruz Pepe Yunes sino de los Yunes?

Graduado con bombo y platillo del Partido Revolucionario Institucional (PRI), la secta del autoritarismo, el candidato a la gubernatura de la coalición Fuerza y Corazón por México, está doctorado en la obsesión por el poder que distingue a su casta. Ha pasado más tiempo en el Congreso que ayudando a la gente, y aunque guste de presumir estudios en el extranjero, su verdadera universidad es el oportunismo político, porque siempre ha estado y estará presente donde su silencio y voto le ofrezcan el mejor fuero, el mejor negocio. Su currículum también está lleno de apoyos, pero a los más grandes traidores a la patria.

Basta recordar que cuando Peña Nieto era candidato a la presidencia, no dudaba en asegurar que era el único exponente realmente comprometido con el campo; aunque en ese momento no sabíamos a qué campo de golf se refería. Seis años después, los campesinos reprobaron públicamente su gestión, pues nunca intentó rescatarlo ni ayudarlo, más bien se dedicó a proteger los monopolios nacionales e internacionales, asfixiando la producción mexicana para fortalecer el neoliberalismo. De las 17 promesas que le hizo al campo, apenas si pudo cumplir dos. Por eso no sorprende que siga la misma narrativa, firmando alianzas solo para la foto, y reviviendo las propuestas fraudulentas del priismo, es decir, del desconocimiento de causa, porque si alguien olvidó al campo —y, sobre todo, a los campesinos— fue precisamente su partido, y de quien debería rescatarlo es de las ambiciones corporativas de su familia, las cuales buscan expropiarlo para beneficio propio… De toda su “trayectoria” política, no se puede mencionar ni un solo beneficio real para el Pueblo. Por eso no son creíbles sus propuestas para reactivar el campo, la pesca y la ganadería.

Al amigo de los lobos, se le olvida que sus aullidos fueron alabanzas a las reformas del expresidente Enrique Peña Nieto. Su ausencia de carácter se refleja en discursos repetitivos, en los cuales siempre recurre a las viejas promesas que le dieron a ese dinosaurio, mejor conocido como PRI, un lugar en la extinción. Pepe Yunes es lo que queda de la dictadura perfecta que devoró todo lo que pudo durante más de 90 años. Es un especialista en montar espectáculos a nombre de algo que desconoce: la justicia. Su libreto favorito es ir a las Fiscalías a denunciar a todos menos a los que deberían estar en la cárcel. Con la misma estrategia de Miguel Ángel Yunes cuando le declaró la guerra a Javier Duarte, en lugar de reducir la violencia que heredó, se dedica a desfalcar al Estado en tiempo récord y a hacerla de justiciero. Con el apoyo de Jorge Winckler, acusado de desaparición forzada, privación ilegal de la libertad y delito de tortura; lanza acusaciones contra la primer candidata a la gobernatura de Veracruz por presunto enriquecimiento ilícito, buscando atraer el morbo mediático; pero es un mal actor y un mal político, porque si realmente buscara justicia para Veracruz, aprovecharía para contarnos qué hizo Miguel Ángel Yunes Linares con los más de 4 mil millones de peros que, en el último año de su bienio, el Órgano de Fiscalización Superior señaló como un daño patrimonial, ¿se imaginan si hubiera estado más tiempo como gobernador?

Entre los amigos cercanos de Yunes Zorrilla se encuentra Luis Videgaray, mano derecha de Peña Nieto, pieza clave en la Estafa Maestra, señalado por ordenar el desvío multimillonario de más de diez dependencias federales, inhabilitado por diez años de la función pública, acusado de cohecho y traición a la patria. Otro de sus compadres es el excandidato presidencial priista, José Antonio Meade, quien desapareció 12 millones de pesos destinados a la población indígena a través de la Sedesol.

Además de toda la estela de corrupción de sus círculos cercanos, recientemente salió a relucir un audio, en el que Miguel Ángel Yunes habla con Filiberto Vargas Rodríguez para orquestar uno de sus golpes mediáticos, a través de los cuales realizan la guerra sucia, un sello característico del PRIAN. Se trata de  su típica jugada para lanzar una campaña de desinformación desde la CDMX, ante la gloriosa llegada de la primera mujer que va a gobernar Veracruz, pero no solo recurre a eso.

El último punto es el de la demagogia, de la cual Pepe Yunes se sirve cucharones en sus discursos contra la candidata Rocío Nahle y la Cuarta Transformación. Una palabra usada mucho por la mafia del poder para referirse a la conexión del presidente con el Pueblo de México. Es muy probable que Pepe desconozca a fondo el significado, como sus antecesores, porque de conocerlo, sabría que las propuestas de la 4T no solo fueron promesas, sino que se convirtieron en una realidad social. En consecuencia,  ahora recurre a asegurar que los programas implementados por este gobierno se quedan, pues sabe que la gente está agradecida porque al fin el dinero llega a la gente.

El amigo de los lobos es un demagogo que con titubeos promete rescatar a Veracruz, señalando que en el estado faltan carreteras, cuando esta administración tiene el récord en obra pública con 6 mil 700 obras entregadas. Esta cifra pone al día a Veracruz, tras 30 años de rezago. Pepe olvida que su adorado Peña fue un demagogo corrupto que con sus promesas engañó a la patria, pues nunca habló de que aumentaría los impuestos y privatizaría el petróleo. Sin embargo, se atreve a vociferar que van a rescatar al campo del olvido, cuando ya se les adelantaron, porque en 2023 la administración actual destinó 26 mil 134 millones de peos, mientras que este año se anunciaron apoyos para productores medianos, y un aumento en los incentivos para café, nopal, caña, cacao y miel. En tanto, Yunes Linares fue señalado al finalizar su gestión de no apoyar al campo, afectando a más 700 mil productores.

Así que de lo único que puede salvar a Veracruz, el candidato del PAN, PRI y PRD es de que su casta vuelva al poder, pues solo buscan enriquecerse más para agrandar sus inversiones y para blindar sus corrupciones. Quieren que las y los veracruzanos olviden que, con toda la demagogia de ofrecerle seguridad al estado, Yunes Linares desfalcó al Estado con su programa estatal de videovigilancia, del que nunca se supo dónde fueron a parar los 349 millones 775 mil pesos, sin considerar que en los primeros cinco meses de su gobierno fueron ejecutadas más de 300 personas. Incluso, en 2018 tuvo la astucia, como recientemente lo hizo, de ir a contarle a Ciro Gómez Leyva que el gobierno de Yunes Linares dejó más pobreza, más desempleo y más violencia. Pero quién los viera tan amigos en febrero, reunidos para desayunar en el mismo café donde un grupo de mujeres se organizó para intentar boicotear la rueda de prensa de la única esperanza que tiene Veracruz para continuar la construcción del segundo piso de la Transformación: Rocío Nahle.

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