Pluma Patriótica

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Democracia incipiente (X)

Ernesto Zedillo

Durante el debate presidencial de 1994, Diego Fernández de Cevallos, le espetó a Zedillo:

“Usted está aquí, producto de dos desgracias: La muerte de Colosio, de quien fuera usted Coordinador de Campaña y la designación presidencial… La primera lo rebasa, no tiene usted ninguna culpa, pero la segunda lo descalifica, por lo menos si hablamos de democracia.”

En mi colaboración anterior, hablé sobre el fraude que llevó a la presidencia a Carlos Salinas, los cientos de opositores muertos y desaparecidos durante su gobierno, la firma del TLC, el asesinato de Colosio y, en fin, cantidad de eventos antidemocráticos con que iniciaba el gobierno de las privatizaciones.

De un personaje como Zedillo, sobre el cual “el jefe” Diego hizo semejante descripción, ¿qué puede esperarse? Autoritario como el que más, privatizador como sus antecesores y represor como el que más, Zedillo fue la cereza del pastel de la antidemocracia.

En 1995, un grupo de campesinos que se dirigían a Coyuca de Benítez, en Guerrero, fueron asesinados en la comunidad de Aguas Blancas. 17 personas perdieron la vida por el terrible pecado de pedir que se cumplieran los acuerdos de apoyo a productores de café.

En 1997, 20 niños y 25 adultos fueron asesinados en Acteal. Las personas asesinadas, habían sido desplazados de su comunidad (Chenalhó) de forma violenta. Los perpetradores: paramilitares uniformados utilizando armas de uso exclusivo del ejército.

De forma unilateral, Zedillo disolvió la Suprema Corte de Justicia y separó de su cargo a los 26 ministros que había entonces e hizo una de 11 ministros a modo. No hubo consultas, plebiscitos, ni promesas de campaña. Fue una determinación unilateral sin consulta ni consenso de la ciudadanía.

De igual forma, convirtió la deuda de unos cuantos, en un “rescate” con el dinero de la ciudadanía. El llamado “Fobaproa” ha sangrado las arcas públicas desde 1995 y seguirá haciéndolo hasta el año 2070. Zedillo terminó por llevar a la ruina al PRI, que perdería las elecciones del año 2000. Su presidencia antidemocrática, fue una de sangre y fuego.

La “democracia” que pregonaban, nunca fue tal. Su candidatura obtuvo el triunfo sobre la base del miedo y la muerte de un candidato y un secretario general del partido. Los vientos de cambio se empiezan a sentir en el país. En el año 2000 habrá de presentarse un ranchero ignorante como candidato presidencial por el PAN, pero de eso hablaremos en el próximo artículo.

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A manera de colofón.

Al momento de escribir estas líneas, Donald Trump está siendo juramentado como presidente de los Estados Unidos. Su discurso, lleno de bravuconerías y dislates se torna un tanto cuanto peligroso. Si bien, no se ve la forma en cómo ha de llevarse a cabo (¿con qué personal? ¿con qué recursos?) una deportación masiva de migrantes, la amenaza se cierne sobre los millones de connacionales allende las fronteras.

Mientras esto sucede, Guadalupe Murguía, coordinadora del grupo parlamentario del PAN hace lo único que saben hacer los panistas: pedir dinero del presupuesto, so pretexto de atender a los posibles deportados. ¿Por qué quienes más detestan a los pobres y a los migrantes, y más veces han llamado a una intervención del ejército estadounidense en tierras mexicanas ahora se muestran preocupados y empáticos?

¿Habrá alguien que les crea y piense que en verdad piensan en los migrantes? ¿O es más seguro que cualquier persona piense que solicitan dinero para desviarlo hacia sus corruptelas?

¿De cuándo acá en Acción Nacional les importan las personas?

A otro perro con ese hueso.

Vuelvo a preguntar: ¿Se imaginan a la señora Xóchitl Gálvez lidiando con una situación como esta?

#YoTampoco

En lo que las cosas van tomando su cauce, desde este espacio le reitero a mi Presidenta y Comandanta Suprema de las Fuerzas Armadas, la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo, que cuenta conmigo y con millones de mexicanos para enfrentar esta o cualquier otra crisis que desencadene el energúmeno de la Casa Blanca.

¡¡¡A sus órdenes, Presidenta!!!

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