Ante la cada vez mayor proliferación de bulos, desinformación, información descontextualizada, sesgada y malintencionada; es oportuno e imperante recordar el espíritu de uno de los oficios con mayor longevidad, así como uno de los más nobles por su naturaleza servil hacia la sociedad: el periodismo.
Militar de manera genuina dentro del periodismo, o bien, conducirse de manera profesional bajo una línea editorial dentro de un medio corporativo no debe traducirse como una oportunidad de ataque hacia aquello con lo que uno no se identifica.
En semanas recientes hemos sido testigos de cómo algunos medios que, en alguna época gozaron de gran prestigio a través de su otrora labor periodística, se han lanzado en contra de la soberanía de países vecinos a partir de reportajes altamente cuestionables, dudosos e insidiosos.
Ccp el “NFT”
A continuación se citan de manera íntegra los apartados octavo y noveno del Código Internacional de Ética Periodística de la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) redactado el 20 de noviembre de 1983 en la ciudad de París con la participación de International Organization of Journalists (IOJ), International Federation of Journalists (IFJ), International Catholic Union of the Press (UCIP), Latin-American Federation of Journalists (FELAP), Latin-American Federation of Press Workers (FELATRAP), Union of African Journalists (UJA), Confederation of ASEAN Journalists (CAJ):
“8. Respeto de los valores universales y la diversidad de las culturas: El verdadero periodista defiende los valores universales del humanismo, en particular la paz, la democracia, los derechos del hombre, el progreso social y la liberación nacional, y respetando el carácter distintivo, el valor y la dignidad de cada cultura, así como el derecho de cada pueblo a escoger libremente y desarrollar sus sistemas políticos, social, económico o cultural. El periodista participa también activamente en las transformaciones sociales orientadas hacia una mejora democrática de la sociedad y contribuye, por el diálogo, a establecer un clima de confianza en las relaciones internacionales, de forma que favorezca en todo la paz y la justicia, la distensión, el desarme y el desarrollo nacional.
9. La eliminación de la guerra y otras grandes plagas a las que la humanidad está confrontada: El compromiso ético por los valores universales del humanismo previene al periodista contra toda forma de apología o de incitación favorable a las guerras de agresión y la carrera armamentística, especialmente con armas nucleares, y a todas las otras formas de violencia, de odio o de discriminación, especialmente el racismo.”
Entonces, el periodista debe tener plena conciencia del alcance que puede llegar a tener su trabajo, tanto para bien como para mal. Y es precisamente ahí donde cobra total relevancia los distintos códigos deontológicos del periodismo, que si bien pueden variar dependiendo el medio en especificaciones como lo puede ser la redacción (cabeceo, siglas, citación, etcétera), en esencia, todos los medios informativos están llamados a revisar que se cumplan las siguientes características antes de echar a andar las rotativas:
- El derecho del Pueblo a una información verídica.
- Adhesión del periodista a la realidad objetiva.
- La responsabilidad social del periodista.
- La integridad profesional del periodista.
- Acceso y participación del público.
- Respeto de la vida privada y de la dignidad del hombre.
- Respeto del interés público.
- Respeto de los valores universales y la diversidad de las culturas.
- La eliminación de la guerra y otras grandes plagas a las que la humanidad está confrontada.