Para entender el panorama de la derecha hoy en día, nos remontamos hacia una figura que ha sido pilar de la misma y sobre la cual no se habla a menudo: Carlos Hank González. Fue un prominente empresario y férreo político priista, hoy hasta tiene una estatua en su honor, claro está que es un tributo de los priistas del Grupo Atlacomulco. Falleció el 11 de agosto del 2001, a los 73 años de edad, debido a un cáncer de próstata que lo aquejaba desde 1987. En ese entonces, su muerte movió a distintas expresiones, fue el PRD, pues para ellos representaba lo peor del PRI. Que ironía que hoy día se encuentren supuestamente aliados bajo la consigna de otro empresario más que pretende seguir el camino de Carlos Hank González, Claudio X. González, abanderando la agenda de la ultraderecha con la cual comulgan y con la que deberán cumplir ciertas órdenes.
Era apodado “El profesor» por haber sido maestro normalista egresado de la Escuela Normal de Toluca, donde posteriormente se desempeñó como maestro y director de escuela en Atlacomulco y como catedrático de la Escuela Normal Superior de México.
En su carrera política, se desempeñó como Presidente Municipal de Toluca, Estado de México (1955-1957), Gobernador del Estado de México (1969-1975) y Jefe del extinto Departamento del Distrito Federal (1976-1982). Dentro del PRI fue representante de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP) y delegado priista en Chiapas, Tabasco, Campeche y Yucatán, y miembro del CEN desde 1997 hasta su muerte. En el sector privado, formó parte del Consejo del Grupo Financiero Interacciones. Durante la administración de Carlos Salinas de Gortari, fungió como Secretario de Turismo (1988-1989) y casi al término de ese gobierno, fue titular de la Secretaría de Agricultura (1990-1994). En ese entonces también fue Presidente del Consejo Regional de Cooperación Agrícola de Centroamérica, México, Panamá y República Dominicana (CORECA), así como del Consejo Internacional Regional de Sanidad Agropecuaria (CIRSA). Asimismo, fungió como Director de Gobernación del Gobierno del Estado de México y se desempeñó como Diputado Federal en la XLIV Legislatura local (1958-1961).
También fue subgerente de Ventas de la Compañía Nacional de Subsistencias Populares (CONASUPO, 1964-1969). Debido a su amplia trayectoria política, el extinto exfuncionario recibió diversos reconocimientos y condecoraciones de organizaciones internacionales en países como Alemania, El Salvador, Venezuela, Líbano, Panamá, Hungría, Francia y Guatemala. Un destacado miembro de la clase política mexicana durante varias décadas acumuló cargos, poder y dinero; sin embargo, había algo a lo que él nunca pudo acceder y era la Presidencia de la República. A pesar de haber nacido en Santiago Tianguistenco, Estado de México, era hijo de Jorge Hank Weber, un inmigrante alemán, y Julia González Tenorio; sus abuelos maternos fueron don Catarino González y doña Francisca Tenorio. La nacionalidad de su padre fue la razón por la cual estaba impedido para tomar el cargo más alto, toda vez que no cumplía con el requisito establecido en el artículo 82 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos: “ser hijo de padres mexicanos por nacimiento» (disposición que permaneció vigente hasta el año de 1993); esta fue la causa que le impidió llegar a la presidencia en 1982 y, por si fuera poco, era alguien sumamente cercano al expresidente José López Portillo. Con todo esto, es así como entendemos que fue realmente él quien estuvo detrás de todo y no López Portillo.
Siempre ha sido señalado como la cabeza de un selecto grupo de élite dentro del PRI (el ya antes mencionado Grupo Atlacomulco), que congrega a destacados priistas del Estado de México, con intereses económicos fuertes y diversificados. Después de la muerte de Hank, el poder habría recaído en Arturo Montiel.
El último proyecto que Carlos Hank González tuvo en mente antes de partir de esta vida fue la construcción del Nuevo Aeropuerto en Texcoco, según afirmaciones del hoy exgobernador del Estado de México, Arturo Montiel Rojas. El proyecto quedó cancelado en primera instancia en julio del 2002, luego de que la oposición de los campesinos de la zona quebró la intención gubernamental. Hoy este proyecto está ya en el olvido gracias al Gobierno de la 4T del Presidente Andrés Manuel López Obrador.
El único que guardó silencio ante la muerte de Carlos Hank González fue el Presidente Vicente Fox, que ni lamentó ni comentó el deceso. Así conseguiría la Presidencia y sería la imagen del gran cambio que el Pueblo mexicano esperaba con ansias, pero resultaba más de lo mismo y la continuidad del esquema planteado por el Grupo Atlacomulco.
Pero en el alud de reacciones ante la muerte de Hank González, hay una en particular que resalta. En aquel tiempo, el entonces Coordinador de los Senadores panistas, Diego Fernández de Cevallos (por quien no siento ninguna simpatía), atizó y citó sus palabras: “con Hank se va toda una estructura política y una forma de trabajar y aunque tuvo sus frutos, es un sistema que ya no se adecua a la realidad actual”. Continúa diciendo: “Vienen nuevos tiempos, nuevas formas de hacer política, de entender el poder y de ejercerlo, y yo creo que el profesor termina, junto con don Fernando Gutiérrez Barrios y algunos otros de su tiempo, con una estructura, con un sistema y un esquema que ya tuvo su oportunidad, y que ya realizó mucho de lo que hoy es México» y para que lo diga un panista, del amasiato, lo es todo y por supuesto, lo sabía y sigue sabiendo.
El expresidente José López Portillo ofreció sus condolencias a los familiares y más tarde de ese día dijo a la prensa que estaba dolido y arrepentido de no haber podido postular a Hank como su sucesor a la Presidencia de la República. Claro, arrepentido estaba porque no había quien realmente asegurara el futuro para el PRI y al Grupo Élite de Atlacomulco.
Carlos Hank González mantuvo hasta el fin su fama de hombre de poder. La leyenda de Hank se forjó durante más de 50 años, a partir de 1946, cuando el personaje fue líder estudiantil, y llegó a su primera cumbre en 1976 al ser nombrado regente de la Ciudad de México, Político transexenal, Hank supo adaptarse a todos los modelos: se ajustó bien al posrevolucionario, al milagro mexicano, a la etapa de la bonanza petrolera y hasta a la época de los tecnócratas.
Fue hasta el sexenio de Ernesto Zedillo, cuando Hank fue objeto de toda clase de sospechas, sobre todo de parte de agencias estadunidenses, tanto por sus presuntas relaciones con el narcotráfico, como por sus nexos obvios con el magnate regiomontano Roberto González Barrera, “El Maseco”.
Ahora, existen personajes y empresarios que buscan seguir los pasos del extinto Carlos Hank González, pero que de una u otra manera, terminan siempre perdiendo y se arruinan sus objetivos frente a un Presidente surgido del Pueblo con una gran trayectoria que prácticamente empezó desde sus tiempos estudiantiles. ¿De qué empresarios estamos hablando? Hablamos de Claudio X González, personaje a quien el Presidente ya le tiene tomada la medida, ya conoce hasta sus puntos débiles y por todos los flancos le da golpes fulminantes. Esto se constata por los golpes asestados desde el Palacio Nacional como la prohibición de la condonación de impuestos, el reforzamiento del SAT para cobrarlos, como estipula la Ley. López Obrador aplica magistralmente la ley máxima de “ten cerca a tus amistades, pero más a tus enemistades” y así divide y vence.
¿Azcárraga Jean? Ya no tiene poder, no existen más los títeres de la televisión, con grandes demandas de sus asociados en Estados Unidos, que lo presionan y lo asfixian con grandes deudas que lo tienen hasta el cuello, no da para más.
¿Walther de Hoyos y COPARMEX? Ni hablar, no tiene más que sus intentos de manipulación de masas a través de las fake news y posverdades que invierte junto con sus aliados del consejo patronal y nada más.
¿Hablamos de políticos de la vieja escuela como Diego de Cevallos, Montiel, Favela, Hank y demás apellidos que tuvieron alguna vez sus años dorados? Ya lo dijo Diego, se acabó la estructura y no hay quien pueda llenar los zapatos de Hank González, es más, ni el tal Hank Rhon, quien se postuló para un cargo de elección popular con Fuerza Social Por México pudo. No nos hizo ni cosquillas, dijéramos por ahí.
La derecha está literalmente agonizando en nuestro país, y hay ciertos personajes que intentan cómo pueden, desesperadamente, con ilusión para llenar esos zapatos de Hank, si…. Volteen a ver el caso en Chiapas.
El asunto de los Álvarez Puga es la mecha para la bomba que destapará traidores.