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El crecimiento de la ultraderecha

En los últimos años, el crecimiento de la ultraderecha a nivel global ha sido un fenómeno preocupante que ha captado la atención de analistas políticos, gobiernos y ciudadanos. Con un discurso basado en el nacionalismo, la xenofobia y el rechazo a las élites políticas tradicionales, los movimientos de extrema derecha han encontrado terreno fértil en sociedades polarizadas y en crisis económicas. Un ejemplo clave es la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC, por sus siglas en inglés), un evento que, aunque originalmente se centraba en el conservadurismo estadounidense, ha evolucionado hacia una plataforma internacional de extrema derecha.

Al mismo tiempo, el resurgimiento de ideologías abiertamente neonazis y fascistas en distintas partes del mundo ha encendido alarmas sobre el peligro de normalizar discursos de odio y revisionismo histórico. En este contexto, es crucial analizar las raíces de este crecimiento, su relación con la CPAC y el papel del nazismo en esta nueva ola de extremismo.

El auge de la ultraderecha en el siglo XXI

La ultraderecha ha crecido en gran parte debido a la combinación de crisis económicas, descontento social y el uso estratégico de la desinformación en redes sociales. En Europa, partidos como Alternativa para Alemania (AfD), Agrupación Nacional en Francia y Vox en España han logrado consolidarse como fuerzas políticas con representación parlamentaria, utilizando discursos antiinmigrantes y antiglobalización para atraer votantes desilusionados.

En América Latina, el fenómeno también ha cobrado fuerza con figuras como Jair Bolsonaro en Brasil y José Antonio Kast en Chile, quienes han impulsado agendas basadas en la militarización, el rechazo a la diversidad de género y una retórica antisocialista. En Estados Unidos, Donald Trump se convirtió en el rostro más visible de este movimiento, transformando el Partido Republicano en una organización que ha adoptado estrategias cada vez más radicales.

A nivel discursivo, la ultraderecha ha sabido explotar el miedo al cambio y la nostalgia por un pasado idealizado, presentándose como una alternativa a la “decadencia” promovida por la izquierda y el liberalismo progresista. Este discurso se ha reforzado con el apoyo de medios de comunicación conservadores y el uso masivo de redes sociales, donde la manipulación de información y las teorías conspirativas han jugado un papel clave en la radicalización de sectores de la población.

La CPAC y su papel en la expansión del extremismo

La CPAC, creada en 1973 por la Unión Conservadora Estadounidense, era originalmente un foro donde los conservadores discutían políticas fiscales y sociales dentro del marco republicano tradicional. Sin embargo, con la llegada de Trump y la radicalización del partido, la CPAC se ha convertido en un espacio donde proliferan ideas ultranacionalistas, discursos de odio y ataques contra la democracia.

En los últimos años, la CPAC ha llevado su mensaje a otros países, organizando eventos en Brasil, Hungría, Japón y México, donde ha promovido una agenda común basada en el rechazo a los derechos LGBTIQ+, el negacionismo climático y el autoritarismo como método de gobierno. En estos foros, figuras de la extrema derecha internacional han compartido espacio con líderes republicanos y estrategas como Steve Bannon, quien ha abogado abiertamente por el populismo de derecha como la única vía para combatir el globalismo.

Uno de los aspectos más preocupantes de la CPAC es su tolerancia hacia discursos revisionistas sobre el nazismo y el fascismo. En su edición de 2022 en Hungría, el primer ministro Viktor Orbán, conocido por sus políticas autoritarias y xenófobas, fue el orador principal. En eventos similares, se han dado declaraciones que minimizan el Holocausto o glorifican regímenes dictatoriales del pasado.

El resurgimiento del nazismo y el peligro del revisionismo histórico

Si bien es cierto que el nazismo como ideología dominante desapareció tras la Segunda Guerra Mundial, en las últimas décadas ha habido un preocupante resurgimiento de grupos neonazis y discursos revisionistas. Movimientos como el “alt-right” en Estados Unidos, los grupos supremacistas blancos en Europa y las facciones ultranacionalistas en Rusia han reavivado la simbología y la retórica nazi bajo nuevas formas.

El negacionismo del Holocausto, la exaltación de figuras como Adolf Hitler y la propagación de teorías de conspiración antisemitas han encontrado en internet una plataforma de difusión sin precedentes. Grupos como Proud Boys en EE. UU., Génération Identitaire en Francia y la Legión Negra en Ucrania han utilizado la estética y la estrategia de comunicación del nazismo para captar jóvenes y radicalizarlos en sus ideologías de odio.

En algunos casos, este resurgimiento ha pasado del discurso a la acción violenta. Atentados como el de Christchurch en Nueva Zelanda (2019), donde un supremacista blanco asesinó a 51 personas en una mezquita, o el asalto al Capitolio de EE.UU. en 2021, donde se vieron símbolos nazis entre los manifestantes, evidencian que este fenómeno no es solo una cuestión ideológica, sino una amenaza real para la democracia y la seguridad global.

El crecimiento de la ultraderecha, la influencia de la CPAC y el resurgimiento de ideologías nazis representan un desafío crítico para las democracias contemporáneas. La radicalización política, impulsada por la desinformación y el miedo, ha permitido que discursos antes considerados inaceptables sean normalizados en la esfera pública.

Es imperativo que la sociedad civil, los gobiernos y los medios de comunicación adopten estrategias para contrarrestar esta tendencia, promoviendo la educación histórica, combatiendo la desinformación y reforzando los valores democráticos. Ignorar el peligro del extremismo de derecha no solo pone en riesgo a las minorías vulnerables, sino que amenaza la estabilidad de los sistemas democráticos en su conjunto.

El estudio de la historia nos ha demostrado que el nazismo y el fascismo prosperan cuando la sociedad permite que el odio se normalice. La pregunta ahora es si el mundo está preparado para enfrentar esta amenaza antes de que sea demasiado tarde.

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