Si hay un acontecimiento político que conoce todo mexicano es el desafuero del 2005 en contra de López Obrador, hecho histórico que se plasmaría en la memoria colectiva, en la historia de México, pues recordemos que en aquel entonces López Obrador era jefe de gobierno, y no solo eso, representaba desde entonces un “peligro” para las élites políticas y económicas de México, pues su popularidad y respaldo por su buen gobierno ya lo acompañaban como favorito a la presidencia de México en las elecciones del 2006.
El desafuero del entonces jefe de gobierno ocurrido el 07 de abril de 2005, marcaría un parteaguas que derivaría en uno de los movimientos políticos y sociales más importantes en los últimos años para México y Latinoamérica. Podríamos decir que, en México, se dio el primer lawfare en Latinoamérica y fue en contra del tabasqueño López Obrador, pues recordemos que desde entonces era el favorito para la presidencia y su popularidad por el buen gobierno en la hoy Ciudad de México lo posicionarían como el candidato favorito de la izquierda mexicana para la presidencia.
Recordemos que el juicio de procedencia o como popularmente le llaman, desafuero, está contemplado en nuestra Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en su artículo 111°, donde la Cámara de Diputados está facultada para declarar la procedencia con la mayoría absoluta de los presentes en la sesión; el objetivo que tiene el juicio de procedencia, es que el servidor público como diputados, senadores, gobernadores, ministros y el entonces jefe de gobierno, pudiesen ser procesados penalmente.
En aquel entonces, se le buscaba procesar penalmente a López Obrador por desacatar la orden de un juez y construir una calle que conectaba con un hospital. La excusa jurídica o el argumento legaloide fue lo de menos, pues detrás de esta maroma jurídica, estaba una artimaña política acompañada e impulsada por el entonces presidente Vicente Fox y su administración, la Procuraduría General de la República encabezado por Rafael Macedo de la Concha, el Poder Judicial y por Diego Fernández de Ceballos quien operaría con el PAN y el PRI los votos necesarios para la procedencia en la Cámara de Diputados; los votos a favor de declarar la procedencia fueron 360; 127 en contra y dos abstenciones, dando origen a uno de los mejores discursos políticos mencionados en la historia contemporánea y en el recinto legislativo de la Cámara de Diputados:
“No se me juzga por violar la ley, sino por mi manera de pensar y actuar y lo que pueda representar junto con otros mexicanos para el futuro de nuestra patria […] Ustedes me van a juzgar, pero no olviden que todavía falta que a ustedes y a mí, nos juzgue la Historia. ¡Viva la dignidad!, ¡Viva México!”.[1]
El proceso de desafuero contra uno de los líderes más importantes de México contemporáneo generó la movilización de miles de mexicanos al zócalo, una de muchas veces que llenaría la plaza de la constitución el hoy expresidente López Obrador. Se dice que más de 1 millón de mexicanos marcharían al zócalo de forma pacífica. La marcha derivaría en la renuncia de Macedo de la Concha orillando de la misma forma, a que el entonces presidente Vicente Fox, tuviera que declarar ante medios de comunicación que participarían todos en las próximas elecciones.
El juicio de desafuero sería un escalón más, dentro del largo caminó que llevaría a la presidencia 15 años después a López Obrador, pues recordemos que si bien, participó en las elecciones del 2006 contra Felipe Calderón por el PAN; con Roberto Madrazo por el PRI; y finalmente, Patricia Mercado por el Partido Socialdemócrata; seríamos millones de mexicanos junto a López Obrador víctima del fraude electoral que llevaría a Felipe Calderón como presidente ilegitimo de México.
Hoy, Andrés Manuel López Obrador se ha marchado a descansar después de una larga, muy larga lucha, ha ejercido la presidencia dignamente, ha construido uno de los movimientos políticos y sociales más importantes en la historia de México. Pero nos ha legado el Obradorismo y la Cuarta Transformación como instrumentos ideológicos e institucionales para lograr un cambio. Viva Andrés Manuel López Obrador.
[1] Discurso de Andrés Manuel López Obrador en el 2005 en el juicio de desafuero en la Cámara de Diputados.