El 1° de marzo inicia una nueva etapa para el movimiento de Transformación de nuestro país. Es el umbral de las elecciones presidenciales, pero también es un plebiscito para preguntar al Pueblo si está de acuerdo que siga el cambio verdadero, se defienda lo logrado y se avance por más, o que regrese el régimen de corrupción y degradación moral.
No hay espacio para titubeos, es la hora de desterrar para siempre el modelo neoliberal, y profundizar la hazaña cívica y pacífica iniciada por el Pueblo organizado en 2018 para reconstruir un Estado democrático de Bienestar y con enfoque de derechos sociales universales.
Las rémoras de la partidocracia neoliberal se encubren de un rosa desteñido para presentarse como demócratas, lo cual podría incluso celebrarse, pues si son realmente demócratas aceptarán con civilidad la nueva derrota en las urnas que les propinará el Pueblo que ha despertado, y respetaran la decisión mayoritaria que se gesta desde un vigoroso movimiento transformador -bajo las banderas de la Revolución de las Conciencias-. Habrá que responder a los montajes de marchas, infodemia y guerra sucia con la organización popular en todos los rincones de la Patria, y ubicar a la reacción en su justa y casi marginal dimensión electoral.
El 1° de marzo estamos convocados, mujeres y hombres libres, a retomar el protagonismo del Pueblo organizado en la definición del rumbo de México. Odio, oligarquía, retroceso y degradación con el amasijo del PRI, PAN y PRD, o Amor al Pueblo y a la Patria, democracia, justicia y bienestar como la apuesta del Obradorismo para todos los mexicanos; hay dos caminos, hay dos proyectos, y será nuestra labor cotidiana la de informar y desenmascarar a los conservadores que hoy se disfrazan de demócratas y que ayer, en 1968, 1988, 2006 y 2012 fueron artífices de fraudes electorales, gobiernos espurios, represión, censura y autoritarismo.
En el México de la Cuarta Transformación la democracia no está en peligro, por el contrario, las libertades democráticas se ejercen plenamente; aunque se abusa de la mentira, la calumnia y el odio desde la derecha y los medios de comunicación abyectos a Claudio X. González, se respeta, como debe ser y como es bandera durante décadas de nuestro movimiento: el derecho a la libertad de expresión.
Que no se propaguen las falacias, a la oposición lo que menos le importa es la democracia, misma que en el ejercicio del poder violaron constantemente, sino la defensa de los privilegios que tenían como elite política y económica, élite caracterizada por el racismo y la discriminación; por ello es esencial salir a las calles, como lo hemos hecho siempre de manera pacífica pero activa, para denunciar la narrativa tramposa del PRIAN y presentar al Pueblo la agenda de 20 iniciativas propuestas por el presidente AMLO para retomar la esencia humanista y social de la Constitución de 1917, y también los principios y programa del nuevo Proyecto de Nación que presentará la Dra. Claudia Sheinbaum para las jornadas subsecuentes de lucha.
En los próximos días para enriquecer el carácter propositivo de nuestro movimiento se convocará a dialogar sobre las propuestas de reforma de AMLO, para socializar, debatir, y analizar política, social y económicamente el paquete de reformas constitucionales y legales, que modifican 51 artículos de la Constitución y representan más de 130 reformas específicas, en la más grande obra para la reconstrucción de la Carta Magna emanada de la revolución social de 1910- 1917.
El 1° de marzo asistiremos al Zócalo, corazón de México a respaldar que una mujer de izquierda, universitaria y científica llegue a dirigir los destinos de la Nación, lo que además nos remite a la añorada realidad de dejar atrás también un México machista, y lograr un país de igualdad y derechos para todas y todos.
A la narrativa de los despropósitos, el odio y la virulencia reaccionaria, habrá que dar respuesta con los horizontes que han dibujado los poetas, con amor, con esperanza. Como escribió Otto René Castillo: “Vámonos Patria a caminar, yo te acompaño. /Yo bajaré los abismos que me digas. /Yo beberé tus cálices amargos. /Yo me quedaré ciego para que tengas ojos. /Yo me quedaré sin voz para que tú cantes. /Yo he de morir para que tú no mueras, para que emerja tu rostro flameando al horizonte de cada flor que nazca de mis huesos”.