El rap es un género musical resultado de la cultura hip hop, que dentro de sus cuatro elementos esenciales contempla: el grafiti y el break dance (como elementos objetivos) y mientras que su lado subjetivo es realizado por los beatmakers y los mc’s . Los maestros de ceremonias crean y le dan vida al rap a través de las letras, mientras que los beatmakers aportan ese peculiar sonido a las canciones que oscilan entre 80 y 100 BPM (beats por minuto).
El rap nace como un ritmo de la contracultura urbana en los suburbios del Bronx y Brooklyn en la ciudad de New York donde, en sus canciones, los jóvenes solían narrar vivencias diarias en las que la desigualdad era muy evidente, Esta era remarcada y denunciada en diferentes canciones, tal es el caso de: «The Message» de GranMaster Flash, considerada una de las primeras canciones de rap protesta.
El rap, al igual que muchos géneros musicales, se volvió mundialmente popular durante la década de los 90s, cuando miles de jóvenes encontraron en este género un refugio a todas las adversidades de la vida cotidiana. A lo largo de esa década y a principios del siglo XXI, el rap dio vida a una vertiente interna reflexiva y netamente contestataria, donde algunos mc’s relataban y daban vida al entorno, narrando pasajes de violencia y desigualdad. Otros fueron más directos e hicieron del rap una actividad política y con sus canciones empezaron a mandar mensajes que invitaban a la reflexión sobre la necesidad de modificar el statu quo de sus sociedades.
De igual forma, el rap al interior de Estados Unidos empezó a evidenciar el racismo y la falta de oportunidades a la juventud. Canciones como «Ghetto Gospel» de 2pac y Elton John relatan las vivencias de los jóvenes afroamericanos en los suburbios de las principales ciudades norteamericanas, donde el prejuicio por el color de piel los condicionaba a un mundo de violencia y cero oportunidades. 2pac lo expresaba en las siguientes líneas: «Todos se avergüenzan de la juventud porque la verdad luce extraña. Pero para mí es al revés. Los hemos dejado en un mundo maldito, y eso duele».
El rap ha sido un medio para denunciar abiertamente el racismo por cuestiones de raza, género y situación económica dentro de la sociedad norteamericana; «Change” de 2pac hace mención de ello, al igual que Niggas Whit Actitude con «Fuck That Police», la cual fue más lejos al denunciar públicamente el abuso policial cometido en las calles de Los Ángeles hacia jóvenes afroamericanos, donde el racismo parece no ceder. Ejemplos como «good cop bad cop» de Ice Cube vuelven a colocar bajo la lupa social el asunto de las segregaciones raciales, que ha hecho mucho eco dentro del rap, hasta el punto de que grupos como Inmortal Techinque denuncian las tendencias fascistas y racistas hacia la comunidad latina, afroamericana y musulmana radicada en los Estados Unidos de América.
En México, artistas como Boca Floja, Nedman Guerrero, Ximbo, Akil Ammar, Skool 77, Bastón y Kinto Sol hicieron del rap un género de conciencia y resistencia abiertamente inclinado hacia la Izquierda. Canciones como «Autónomo”, “El día de mi suerte”, “Los gritos del iconoclasta”, “Medios Masivos”, “Guerrero”, “El país de las maravillas”, “Mi barrio” y “Policías en helicóptero” hacen referencia a los principales aspectos negativos del sistema político mexicano y los demonios de la desigualdad, la opresión, así como los estigmas de una sociedad polarizada.
En Latinoamérica, exponentes como Randy Acosta, Residente, Siete Nueve, Tempo, Lito y Polaco, Intifada, los Aldeanos, Gabylonia, Canserbero, Portavoz y Rapper School, entre otros, han mostrado la realidad de sus países a través de sus canciones. En nuestra región, el rap se volvió un medio de protesta dentro de un continente que aún no ha logrado dejar atrás los fantasmas del totalitarismo y la dictadura; tal es el caso de Portavoz (mc de Chile), quien en la canción: «Escribo Rap con R de Revolución», reivindica al poder popular. En sus versos se puede escuchar: «no hacemos rap pal pueblo, somos el pueblo haciendo rap», mientras que Intifada (mc de Puerto Rico) muestra a través de la canción «Vamos. Banique pal Comandante» la fuerte admiración de varios raperos hacia Hugo Chávez y la revolución bolivariana.
Uno de los rasgos más característicos del rap latinoamericano es su fuerte inclinación hacia la reivindicación de la historia de los procesos sociales sucedidos en el continente, así como una fuerte posición en contra de la hegemonía de Estados Unidos. «Nuevo Mundo” de Intifada, “América” de Los Aldeanos y “Latinoamérica” de Calle 13 son canciones que reivindican a la región y denuncian las desigualdades y la opresión que aún persistente.
En España, el rap protesta también ha estado muy presente en la esfera pública, exponentes como: Nach, Chojín y Los Chikos del Maíz, entre otros, han hecho de sus canciones un medio propagador de conciencia; para Nach, el rap se escribe con: “R de Revolución, A de Actitud y P de Poesía”. De esta forma, se ha vuelto de igual forma en una herramienta de posicionamiento político importante en contra del fascismo, el racismo y la desigualdad. Tal es el caso del grupo “Los Chikos del Maíz”, que a través de sus canciones ha denunciado el fascismo cada vez más presente en España mediante agrupaciones políticas como “Vox”. En sus canciones también se observa una crítica muy constante hacia las políticas antinmigración que mantiene España, el manejo de los conflictos en Medio Oriente y el doble discurso de la izquierda.
El rap, más allá de ser un género que se volvió económicamente muy rentable y que ha llegado a tener contenido explícito e incluso misógino, también ha resultado ser el mejor aliado de la protesta social, pues mientras existan mc’s que lo hagan del rap un medio de conciencia y denuncia hacia el abuso del poder, habrá esperanza.