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El «súper policía», el juez, la prensa y los opinantes

Después de largos 20 meses, luego de haber sido hallado culpable y después de dos prórrogas por parte del juez Brian Cogan para dictarle sentencia (una en abril y otra en junio), Genaro García Luna (enfundado en traje y corbata) acudió a la corte de Brooklyn el pasado 16 de octubre, ahí al filo de las 16:30 horas tiempo del este, el juez le condenó a 460 meses de prisión no sin antes espetarle al otrora súper policía:

“Usted tiene una doble vida. Usted vestirá muy elegante. Usted podrá decir que respeta la ley y seguro lo cree, pero su conducta es la misma que la de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán”.

Veinticuatro horas antes de que se le dictara sentencia, se filtró a los medios la última misiva por parte del super policía a Cogan, en ella, a su estilo, García Luna imploro clemencia, en el escrito argumentó ser un hombre de clase media, un hombre trabajador, un hombre de familia; y que en consecuencia, no representaba un peligro para la sociedad.

Sin embargo, lo que verdaderamente llamó la atención fue el hecho de que García Luna, aún en su última súplica, no perdiera la oportunidad para seguir opinando sobre la pasada reforma al poder judicial, lo cual nos hace preguntarnos: ¿Quién lo asesora? ¿Quién, por qué y para qué lo pone al tanto del tema? ¿Cuáles son sus intenciones? ¿Cómo es que un hombre a horas de ser sentenciado puede tener cabeza para seguir “haciendo política”?

Una vez conocida la sentencia, como era de esperarse, las redes sociales ardieron, la mayoría de los usuarios lo hicieron en júbilo, una minoría insignificante lo hizo en disfraza tristeza. No obstante, contrario a lo que se vivía en redes sociales, fue notoria la apatía por un gran número de “medios convencionales” a la hora de darle cobertura y difusión a la noticia; lo cual, sin duda alguna no se ajusta a la gravedad del tema: por primera vez un ex secretario de estado mexicano era juzgado y sentenciado en Estados Unidos de América.

Por su parte, en la prensa, la de los llamados diarios de “circulación nacional”, se cabeceó la nota de la siguiente manera:Le da EU 38 años; acusa ‘doble vida’”, Reforma; “Dan 38 años de cárcel a García Luna por Narco”, El Universal; “Sentencia histórica contra García Luna”, Excélsior; “EU compara a García Luna con El Chapo y le pone 38 años de cárcel”, MILENIO; “Dan a García luna 38 años de cárcel; es como El Chapo: Juez”, La Jornada, y “García Luna pasará 38 años en la cárcel”, El Sol de México.

Sin embargo, si había algo esperado con morbo, dentro del llamado círculo rojo, es decir: periodistas, comunicadores, políticos y la clase politizada; eran las columnas y/o editoriales de determinados periodistas que de alguna u otra manera se habían mostrado blandos a la hora de tocar el tema del super policía.

Ciro Gómez Leyva en su noticiero de la noche del 16 de octubre atajó: “Las cosas como son, Genaro García Luna ha sido condenado sin una prueba, una sola prueba en contra. ha sido condenado por los dichos de los narcotraficantes a los que combatió”.

Raymundo Rivapalcio en su columna del 17 de octubre redactó “Un matiz de alta relevancia en su decisión fue que Cogan descartó la evidencia que presentó la defensa para que se anulara el juicio, pero dejó activos a todos los testigos, que con mentiras y dichos convencieron al jurado de encontrar culpable al exsecretario”.

Carlos Marín tituló su columna del 17 de octubre de la siguiente manera “Ojo cuatroteros: mismas ‘evidencias’”, para comenzar así: “A Genaro García Luna se le sentenció sin una sola prueba de su culpabilidad. Ni una foto ni un video ni un documento ni una cuenta bancaria ni un mensaje telefónico ni un correo electrónico ni un audio, nada conduce a los 274 millones de dólares con que sus acusadores dijeron haberlo sobornado (como tampoco a 745 millones de pesos que según el Gobierno mexicano sustrajo del erario) y se ignoró que el acusado comprobó la legalidad de sus finanzas”.

Lector, acusando a su buen juicio, dejo a usted las conclusiones.

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