Parte 1
A propósito del reciente escándalo internacional y frente a las revelaciones de WikiLeaks en la revista Contralínea —sobre 17 mil archivos de organizaciones españolas de ultraderecha fascista (como Hazte Oír y Citizen Go), sus fuentes de financiamiento, agenda y tácticas de manipulación (tanto en las sociedades, como en los gobiernos de 50 países—, México aparece como país de origen de la organización anticomunista y contrarrevolucionaria El Yunque, que sigue siendo uno de los principales centros de operaciones y de captación de recursos. Estas sectas o sociedades secretas, que alimentan el odio y la discriminación, tienen vínculos muy importantes e históricos con el Partido Acción Nacional. El periodista Álvaro Delgado define a El Yunque como una trasnacional ideológica de ultraderecha en México; yo coincido totalmente con esa contundente descripción.
El principal objetivo de El Yunque es el poder político, y para obtenerlo se ha valido de las más nefastas prácticas de manipulación y adoctrinamiento, con un modelo socio religioso y en colaboración con instituciones educativas; impuesto sobre todo con juventudes clasemedieras y de clase media-alta que son reclutadas o “seleccionadas”. Al obtener el poder político, unos de sus propósitos es imponer una agenda nacional antiderechos: se oponen tajantemente al derecho a decidir, a la eutanasia, defienden el modelo de familia tradicional heteronormada, por supuesto se oponen a los derechos y al reconocimiento de la comunidad LGBTTTIQ. Esta sociedad jerárquica consultiva tiene como uno de sus máximos fines: “instaurar el reino de dios en la tierra”, así tal cual.
La extrema derecha, en cualquier parte del mundo, se caracteriza por proteger los privilegios de una sociedad injusta, como la hemos visto operar con claridad desde el siglo XVIII en la Revolución Francesa.
Guanajuato ha sido pieza fundamental para el crecimiento de El Yunque. En el Bajío, gobiernan desde hace más de 30 años los grupos más conservadores, de la mano de la iglesia católica. En 1982 el gobierno federal detectó en la Sierra de Lobos 60 hectáreas propiedad de La Salle Bajío, lugar a donde llevaban a las juventudes lasallistas a entrenamiento para su sociedad secreta y misiones.
En el año 2000, El Yunque ganó el gobierno estatal con Juan Carlos Romero Hicks, quien tuvo como secretario de gobierno a Juan Manuel Oliva, quien después fue gobernador y, derivado de su gestión, ha sido sujeto de investigación por peculado, corrupción, fraude, tráfico de influencias y desvío de recursos. Ambos fueron yunquistas en el PAN. Es importante decir que Romero Hicks ha sido senador, director general de CONACYT y actualmente es diputado federal, y que desde esos espacios promueve la agenda de ultraderecha y antiderechos humanos, junto con los grupos parlamentarios del PAN en el Congreso.
Es preocupante que en pleno 2021 estos grupos de ultraderecha fascistoide sigan siendo financiados y operados desde nuestro país. Por ello, es necesario seguir fortaleciendo la alternativa partidista que tenemos para hacerle frente al conservadurismo reaccionario, en la disputa del poder político. Sí, Morena es nuestra herramienta para la batalla.