La esencia de los gobiernos de la Transformación está en el territorio, en las visitas casa por casa. La primera demanda de la gente está en la atención directa. El ser escuchado por una autoridad supone un ejercicio de reconocimiento hacia el otro, que inicia la reciprocidad en el trato.
En el pasado, los intermediadores eran los encomendados para esa tarea. La figura de gestores propició un distanciamiento entre las autoridades y los ciudadanos al ser la única vía para recibir apoyos. No fue una casualidad, el sistema corporativo así lo necesitaba.
La solución de las problemáticas estaba en función de criterios electores. En el viejo modelo de desarrollo estaban excluidos los pocos: habitantes de pequeñas comunidades rurales, personas con discapacidad, adultos, mayores, desplazados, indígenas o jóvenes. Las grandes obras estaban por encima de las pequeñas, pero muchas necesidades.
Ahora la filosofía es distinta. Vale la pena compartir lo sucedido en una comunidad rural de Culiacán, Sinaloa, donde el presidente municipal Juan de Dios Gámez Mendívil, implementó una serie de acciones, en sintonía con la agenda nacional de la presidenta Claudia Sheinbaum, para llevar bienestar a la región.
Según la información de la página del Ayuntamiento, la sindicatura de Tepuche cuenta con menos de 4 mil habitantes. La población total de Culiacán supera el millón. Esta comunidad, tierra del revolucionario Juan M Banderas, colinda con el municipio de Badiraguato y el estado de Durango.
Con una inversión total de más de 34 millones de pesos por parte del Ayuntamiento de Culiacán y el Gobierno de Sinaloa, se entregó a la comunidad:
- La pavimentación de las calles Emiliano Zapata, Juan Carrasco y Francisco Villa. El presidente municipal tiene como propósito pavimentar más de 1000 calles para la ciudadanía.
- Cerca perimetral y gradas en cancha.
- Entrega del sistema de agua potable en el poblado de la Pitahayita.
- Entrega de 20 viviendas del programa municipal, contribuyendo así al objetivo de la presidenta de hacer un millón de viviendas en todo el país.
- Electrificación en el Zalate.
- 1 abrevadero en el poblado de Caminaguato.
- Puente vehicular sobre Río Humaya-Caminaguato.
Ante el testimonio de las niñas, niños, adolescentes, jóvenes y sus padres, la comunidad de Tepuche abrazó las acciones para garantizar el bienestar en la zona, que durante los últimos años fue víctima de la criminalidad, al ser punto de enfrentamientos entre grupos delictivos. Ello propició el desplazamiento interno de las comunidades serranas a la cabecera municipal, donde también se les brinda atención por parte de las instituciones como grupo vulnerable.
Con el nuevo modelo de desarrollo, sin importar la distancia de los pueblos, se atienden las causas que propician las prácticas y conductas antisociales, se ofrecen alternativas para que el delinquir no sea el camino, y también, según lo expuesto por el presidente, se llevará cultura y deporte como estrategia para la construcción de paz.
El bienestar llega a la comunidad de Tepuche de manera directa, sin intermediarios y con la misma atención que en las colonias populares del Culiacán urbano.
Aquella tarde, la imagen que quedará registrada en nuestra memoria es la de las niñas y niños bailando música de banda junto a la obra que tanto solicitaron sus padres, el puente para conectar con las otras comunidades. Sin duda, en tiempos de la 4T, las obras tienen un profundo sentido social.