El 11 de enero, la Comisión Nacional de Justicia y Honestidad de Morena (CNJH) inició el procedimiento de investigación a Félix Salgado Macedonio ‒candidato a gobernador de Guerrero‒ por incurrir en faltas al estatuto y declaración de principios del partido. El proceso comenzó debido a diversas acusaciones de violencia sexual. El 23 de febrero, la comisión alcanzó una resolución que consiste en invitar a la Comisión Nacional de Elecciones (CNE), a rehacer el procedimiento de asignación de la candidatura a dicha gubernatura.
Las pruebas utilizadas por la CNJH sobre la violación a los estatutos del partido por parte de Salgado Macedonio consistieron en doce notas periodísticas y un testimonio firmado. Una de las fuentes consultadas aseguró que existe una carpeta integrada en el Ministerio Público por una denuncia presentada en 2018. Sin embargo, nunca procedió una orden de aprehensión y la carpeta quedó en el limbo de la injusticia e impunidad.
Quienes consideran que la resolución de la CNJH es ya un triunfo del feminismo, se equivocan porque el camino aún es largo y la lucha no termina aquí. Sin duda, el hecho de que el órgano encargado de garantizar la justicia interna del partido se pronuncie por reconsiderar algo que ya se daba por hecho (la candidatura y posible triunfo de Salgado Macedonio como gobernador de Guerrero) habla de que la presión interna y externa alcanzó algunos frutos. Sin embargo, la comisión no determina las candidaturas, no dicta sentencia por delitos y tampoco puede reparar el daño a las víctimas.
En ese sentido, lo que queda es recorrer y estar pendientes de dos caminos importantes: que la CNE tome la decisión de reiniciar el procedimiento de asignación de la candidatura al estado de Guerrero, y en su caso, resolver en un sentido distinto quién sería la candidata o candidato. Y el camino más importante y por el cual me parece que todo debió empezar: que la fiscalía de Guerrero haga de una vez por todas su trabajo.
