Fue un trabajo largo de convencimiento que incluyó a empresarios y políticos, muchos de ellos socios en el lucrativo y hasta hace poco monopólico negocio, pero al final habían logrado que las poderosas familias gaseras de México le entraran a la guerra contra la 4T incrementando los precios del gas de manera escandalosa y sin motivos.
La jugada estaba saliendo perfecta, ellos obtenían grandes ganancias, sus distribuidores también, la oposición lograba culpar a la 4T del aumento a los precios y con ello lograba el desencanto en la población que veía el precio de la comida subir semana a semana.
El factor gasero fue tan fuerte que se reflejó en las urnas en las pasadas elecciones, pero sobre todo se estaba convirtiendo en el ingrediente oculto de algo que no dejaba dormir a la actual administración, algo para lo que encontraban explicación y mantenía a todos ocupados, la inflación crecía mes con mes sin control y estaba desestabilizando la economía mexicana.
El Banco de México tuvo que detener los ajustes a la baja que hacía desde hace tiempo a las tasas de interés y el ejecutivo agradecía el gesto.
Si bien la inflación a nivel mundial se había incrementado debido a que por el COVID-19 los precios de distintas materias primas aumentaron, lo cierto es que en México se veía una inflación muy alta.
Hasta que la actual administración notó que si la gasolina se estaba manteniendo con precios estables gracias a un atento seguimiento de precios para ajustar a tiempo los subsidios o estímulos, la luz se mantenía sin incrementos, el único de los servicios básicos que se mantenía sin control era el gas.
Y así fue como se comenzaron los acercamientos con los potentados gaseros para que detuvieran la escalada en los precios, pero estos sentados en sus tronos de gas pensaron que tendrían al gobierno de rodilla para darles beneficios fiscales que serían el gran botín de su asalto a la economía mexicana.
Lo que no contaban, era que, ante su negativa, del gobierno saldría la audaz idea de crear una empresa gasera de la misma paraestatal que ya lo producía y que tiene la capacidad logística para cubrir la mayor parte del país, una vez más PEMEX sale a dar la cara por los mexicanos y volverá a sacrificar sus finanzas para que el pueblo pueda tener un servicio de gas con precios justos y sin intermediarios voraces.
Cuando el gobierno del presidente AMLO anunció la posible creación de una empresa de gas en caso de que las gaseras no bajaran sus precios, estos, junto con la oposición rieron a carcajadas, cuánto tiempo le tomaría al gobierno crear una empresa gasera y habría que ver si la pudiera iniciar siquiera.
En menos de 3 meses ya Gas Bienestar ha comenzado a surtir gas en algunas zonas de la Ciudad de México y próximamente iniciará operaciones en el interior del país.
Están furiosos los gaseros con los hombres X de la oposición y con su Va por México pues por seguir sus ideas hoy sus imperios gaseros están a punto de perder su poderío y en algunos casos hasta perderse para siempre, me comentó alguno que está metido en dicho negocio que su mayor coraje es que hasta antes de su «travesura», por años nadie se metió con ellos y no daban cuentas a nadie…
La hazaña de crear una empresa funcional de parte del gobierno en menos de 6 meses, es mover al «elefante reumático» en un grado superlativo y hacerlo en tiempo de COVID es aún mayor, tal vez Dos Bocas, el Tren Maya y el aeropuerto de Santa Lucía se vayan a llevar los reflectores en este sexenio pero Gas Bienestar va a quedar ahí como una muestra de voluntad titánica.
Y a los extraterrestres, primero investiguen, después opinan.