En octubre de 2021, Enrique Peña Nieto fue visto en Italia acompañado por su pareja sentimental, la modelo Tania Ruíz. Peña esperó unos segundos a las puertas del hotel en el que se hospedaba, listo a abordar un taxi. En el segundo en el que asoma la nariz, la gente que lo reconoció, le gritó “¡Ratero!”.
En junio de 2017, en un ambiente controlado y con accesos restringidos, activistas lograron colarse a un evento donde Felipe Calderón daba una conferencia. Integrantes de la Coordinación de Padres y Madres de Familia en Defensa por la Nación y del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, lo increparon con gritos de “¡Asesino, asesino!”.
A Vicente Fox, lo increparon con gritos de “traidor” y “mentiroso” en Phoenix, Arizona.
No es la excepción, es la regla: no existe lugar del mundo donde los expresidentes se presenten y no sean recibidos con abucheos, gritos de reprobación y de rechazo. El balance de sus administraciones, siempre negativo para la población en general y siempre provechoso para traficantes de influencias, empresarios consentidos y trasnacionales explotadoras, ha dado cuenta del rechazo.
Con una aprobación cercana al 80% al finalizar su mandato, López Obrador se despide de la presidencia develando su retrato. Con su bastón de mando en la mano, sonriente y con un zócalo rebosante y lleno de vida, el retrato dista enormemente de los de sus antecesores, todos ellos solos y con rostro adusto.
Las muestras de respeto y cariño han sido el día a día a lo largo de todo el sexenio. Y ahora en su cierre, no han sido pocas las personas que, llorando, le abrazaron y agradecieron el trabajo realizado, el apoyo recibido, el camino entregado, el tren funcionando, la soberanía rescatada, la dignidad defendida.
Acabó una de las administraciones más activas, dinámicas y laboriosas de que se tenga memoria. Y deja la vara muy alta.
Inicia una nueva administración, que a nadie le cabe la menor duda de que será mucho mejor y más exitosa que la que termina. La presidencia de la Dra. Claudia Sheinbaum enfrentará sus propios retos y desafíos. Asimismo, tendrá a una oposición disminuida, pero más rabiosa, provocativa y amenazante.
¿Se terminarán las grandes convocatorias a llenar las principales plazas del país? Esperemos que no. La Presidenta ya ha mencionado en más de una ocasión, que hará una gestión “a ras de piso”, y que no perderá contacto con la gente. Al mismo tiempo, por su perfil se prevé que llevará una relación mucho más institucional y menos confrontada con los poderes económicos del país.
Desde este espacio, le deseo el mayor de los éxitos a nuestra Presidenta; que su gestión sea una de éxitos y de bienestar compartido. Estoy convencido de que nuestro país alcanzará la grandeza a la que está destinado.
A manera de colofón: ¿existe algún programa de reforestación aparte del reconocido “Sembrando Vida”? ¿Hay algún programa así para la Ciudad de México y área conurbada? ¿Es posible imaginar un programa con el que se pueda llenar la Ciudad de árboles frutales? ¿Es viable tener áreas verdes llenas de árboles de limones, limas y naranjas? ¿Tal vez guayabas o mangos? ¿Se podrá proponer algún programa similar a los que existen para siembra de árboles navideños que han demostrado ser autosustentables y de corte con fechas específicas? ¿Qué tal sembrar áreas específicas de árboles frutales y organizar una cosecha que convoqué a la sociedad toda a asistir? ¿Y los festivales de Primavera? ¿Volveremos a verlos? Me gustaría pensar que sí.