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La Izquierda alemana o “por el bien de todos…”

Por: Zirahuén Villamar

En las elecciones federales alemanas del 23 de febrero triunfó la centroderecha (los partidos CDU y CSU), el segundo lugar lo obtuvo la derecha radical de AfD, y en tercer lugar a la centroizquierda SPD que venía de gobernar desde fines de 2021 con Olaf Scholz como Canciller Federal. Preocupa el auge de la derecha radical y el corrimiento del discurso y las políticas hacia la derecha, incluso por los partidos de centroizquierda y liberal. Inquieta que casi la totalidad de distritos del este del país hayan sido ganados por AfD. Ahora tienen lugar las primeras conversaciones para formar la coalición del próximo gobierno encabezado otra vez por CDU/CSU, en que el conservador Friedrich Merz tomará el lugar de Canciller Federal que hace cuatro años dejó su correligionaria Angela Merkel.

Poco se analiza el retorno de La Izquierda. El partido se fundó sobre los cimientos del viejo partido de Estado de la República Democrática Alemana, y en 35 años desde la reunificación se ha nutrido de nuevas generaciones socializadas y nacidas en democracia; especialmente el último año atrajo a muchas personas jóvenes. Hace unas semanas La Izquierda parecía que no tendría el 5% de votación y no entraría al parlamento federal. La sorpresa fue que el domingo obtuvo 8.8%.

Varias son las explicaciones de ello, y es importante revisarlas. De forma: la campaña convenció porque una nueva generación de mujeres y hombres que eran niños cuando cayó el Muro de Berlín en 1989, junto con viejos liderazgos que militaron en la era de la RDA, arrasaron en redes sociales como TikTok e Instagram. Una lectura de ese logro es que La Izquierda movilizó el voto de los jóvenes y no tan jóvenes, entre 18 y 34 años.

También de forma: las y los candidatos del partido adoptaron su propia versión de “más territorio y menos escritorio”, al hacer una activa campaña de tierra en pleno invierno, tocando de puerta en puerta en las zonas urbanas donde sus candidatos tenían más oportunidades de ganar. Así, una joven nacida en Alemania oriental le ganó un distrito del este de Berlín a la candidata de AfD, representante de la rancia aristocracia del oeste. En algo que resuena a la política mexicana, los co-presidentes del partido redujeron su salario para igualarlo al promedio nacional: 2,850 EUR netos al mes. Ahora proponen que sus diputados recién electos asuman esta medida, y el excedente de su salario lo donen para iniciativas en favor de grupos desfavorecidos.

De fondo: Entre sus votantes, los principales motivos para apoyarles fueron la justicia social (51%), el medioambiente (18%), la seguridad interior (9%) y la paz internacional (8%). La Izquierda aparece ante la mitad del electorado como el partido que más se preocupa por la equidad social, y el que más convence a las mujeres jóvenes en entornos urbanos (frente a AfD, que tiene gran arrastre entre hombres mayores en el campo).

También de fondo es el rol del Estado. Varias instituciones analizaron los programas de los partidos políticos. La Izquierda proponía políticas públicas que costarían al presupuesto federal 46 mil millones adicionales a lo que ya es en 2025. En contraste, los liberales (FDP) recortarían 116 mil millones; 97 mil millones en los planes de AfD, y 47 mil en los planes del triunfador CDU/CSU. Sí, esto implica cobrar menos impuestos, que idealmente serían más ingresos para los hogares, pero de hecho son para las empresas y sus dueños. Las reformas fiscales que FDP, AfD y CDU abanderaron desgravaban proporcionalmente más a las personas con los más altos ingresos; La Izquierda sugería lo opuesto, tasar más a los más ricos.

El electorado alemán votó como votó porque percibe que su situación económica es mala e injusta. La inflación es un detonante no solo de carencias materiales, sino de sentimientos que aprovecharon la derecha y la derecha radical. Por eso economistas progresistas alemanes claman por “políticas económicas antifascistas”, como la política de salarios y combate a la inflación que se impulsó durante el gobierno del presidente López Obrador.

Hace un siglo México y Alemania se dieron constituciones progresistas resultado de sus procesos revolucionarios. En 15 años Alemania se sumió en el periodo más obscuro de su historia y arrastró a la humanidad consigo. Hoy Alemania tiene que encontrar la manera de materializar políticas que en México resumimos como “por el bien de todos…”. La Izquierda no estará en la coalición del gobierno federal alemán, pero sus causas de justicia social deberían ser asumidas por el futuro gobierno integrado por CDU/CSU y SPD.


@zirahuenvn
Economista por la UNAM, doctor en Ciencia Política por la Universidad Libre de Berlín. Se ha desempeñado profesionalmente en la academia de México y Alemania, la fundación política alemana socialdemócrata en México y la diplomacia mexicana en Alemania durante el primer gobierno de la 4T.

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