Imagina la historia de quienes presagiaron utopías; ese era John Lennon. Con esa actitud que quisiéramos enfrentar siempre la vida, en este siglo XXI escuchamos aquel remoto “Get Back”: “regresar, era un hombre que pensaba que era un solitario”. 44 años de aquel 8 de diciembre de 1980, que lejos estamos de los años sesenta.
En su Inventario del 15 de diciembre 1980, el escritor y poeta José Emilio Pacheco escribió el texto The dream is over. Por el camino de John, un collage ilustrado por potentes mensajes que hoy es bueno desentrañar, desde la perspectiva del ex Beatle como un portavoz de la insumisión social.
Remite Pacheco a algunos poemas anónimos mexicanos de la década prodigiosa que finalizó en 1970. El primero, de octubre de 1966: “Despidamos el radiante estruendo de la música (muy pronto sonará contra nuestra nostalgia)”, y otro de agosto de 1970: “The dream is over. Se acabó el elepé/ Hoy recomienza/ la pesadilla de la historia.”
El 8 de diciembre de 1980 la muerte del icónico Beatle paralizó al mundo, narran las fuentes: «- ¿Sabes lo que has hecho? -, le preguntó José Perdomo, portero del Dakota Building aquella fatídica noche del 8 de diciembre de 1980, a Mark David Chapman. El hombre, que había descargado cuatro balas de la recámara de su arma, era consciente de lo que había hecho: “Sí, he disparado a John Lennon”. Pero no se trató de un hecho aislado ni accidental, el gobierno estadounidense había preparado las condiciones desde años atrás para apagar una voz que consideraba peligrosamente de izquierda.
Terminaban los anhelos de los años sesenta que se extendieron desafiantes y disruptivos hasta la última noche de la década de los setenta. Se ha escrito hasta el infinito sobre aquella trágica muerte, pero pocas sentencias como las palabras de Pacheco a unas noches del atentado: “Nadie, ni siquiera Shakespeare ni el Departamento de Estado norteamericano, hizo tanto como él por la difusión del inglés. Millones lo aprendieron en sus discos. Otros memorizaron sus letras sin saber lo que significan. Para ellos y ellas son simplemente otra forma de música, verdaderos poemas sin palabras.” Habría que añadir que entre esas rolas irradiaban mensajes libertarios.
Qué fue de los años sesenta y setenta, del “Submarino amarillo” y del “Sargento pimienta”, de la ola de rebeliones de 1968, y de la resistencia pacifista contra la guerra de Vietnam; la domesticación del rock ha sido brutal, pero subsisten un mar de referencias, dice Pacheco: “Diario de un joven de los sesenta: 1967, 25 de junio, domingo: Vi el primer programa de televisión que se trasmite por satélite a todo el planeta. Los Beatles cantan “All you need is love”. El videoteip se guardará como una cápsula del tiempo y volverá a pasar el año 2000. Si uno vive para entonces, será intolerablemente doloroso ver a los Beatles y escuchar esa canción treinta y tres años después”.
Rememora Pacheco: El grafiti en una pared de Coyoacán durante el 68 mexicano: “Cronopio: mezcla de Beatle y Che Guevara”.
En un extraordinario texto titulado Lennon, el guerrillero publicado en agosto de 2024 en La Jornada, Pablo Espinosa redondea el dialogo de bote pronto iniciado por José Emilio Pacheco hace 44 años, sobre la muerte de John: “Hay que decirlo: John Lennon fue espiado, perseguido, acosado por comunista. Su himno titulado Imagina, que reniega de la religión, la propiedad privada, la codicia y otros altos valores de la sociedad lo convirtió en blanco de los señores de la guerra (el término es de Bob Dylan) y la gota que colmó el vaso de hiel que llevan en sus entrañas los patrañosos fue el álbum que siguió a Imagine y anterior al que ahora nos ocupa: Sometime in New York City, ese sí de plano un álbum completamente bolchevique.”
Después de varios intentos documentados para sacarlo de EU, Espinosa revela: “El 24 de abril, Lennon declaró que era vigilado y seguido por agentes federales y su teléfono intervenido. El 12 de junio salió a luz el álbum doble Sometime in New York City. Pero ya el engranaje del crimen de Estado era un hecho que tardaría en ejecutarse ocho años, durante los cuales John Lennon hizo mucha música que convocó a millones en el mundo y multitudes en Estados Unidos, contaminados por las ideas de libertad propagadas por ese tipo peligroso.”
Recordar a John Lennon cada navidad es remitir a los iconoclastas terriblemente incómodos desde la cultura contra el poder. Concita Espinosa: “Sólo el pueblo, canta Lennon, conoce el poder del pueblo. Igualmente, como convoca en su canción así titulada: “Power to the People”; el poder al Pueblo. El poeta revolucionario John Lennon es algo así como el Che Guevara de la música: un ícono, una inspiración, un referente. Su música sigue convocando a la rebelión, a la utopía, a la construcción de un mundo mejor. Por eso lo mataron y por eso es inmortal.”