En estos días he podido participar en dos procesos de diálogo circular diferentes entre sociedad civil organizada, activistas, movimientos y autoridades —locales y federales—, con temas diversos, pero al mismo tiempo con la mira en común de construir, a partir de las agendas de los movimientos, acuerdos y pasos a seguir con las diferentes autoridades responsables para avanzar en las exigencias (que al final son conquistas de derechos humanos).
El primero de ellos se trata de una serie de foros que vienen realizándose desde junio de este año rumbo a la elaboración del Programa Nacional de Derechos Humanos, un programa especial que deriva del Plan Nacional de Desarrollo como el instrumento rector en materia de derechos humanos de la administración pública federal, con la finalidad de articular las acciones del ejecutivo para la atención de las problemáticas más importantes en la materia. Los foros de escucha se han realizado a lo largo y ancho del país, abordando los temas más urgentes y preocupantes en materia de derechos humanos. Tuve la oportunidad de participar en uno de ellos, el único que se realizó en la Ciudad de México, el día de ayer el tema que nos congregó fue: “Pueblos y comunidades indígenas”. Aunque con tiempos reducidos, fue un ejercicio interesante de encuentro y escucha de las demandas de los pueblos de casi todas las regiones del país. Nos dividimos en mesas temáticas, y aunque las exigencias eran duras y francas contra el gobierno, nunca se intentó moderar el tono, ni modificar las exigencias.
El encuentro se llevó a cabo en el Museo de Antropología y el comentario generalizado a la hora de la comida es que muchos de los compañeros que se dieron cita ahí nunca habían entrado a ese museo. Uno de ellos comentó: “Aquí les interesaban mucho los indígenas muertos; pero los vivos, poco”; y mientras escogíamos algún platillo del bufet del restaurante del museo otro compañero comentó: “Acá antes sólo era para turistas, les daba vergüenza que nosotros nos sentáramos en este lugar tan elegante”.
El otro proceso de diálogo se trata de las mesas instaladas que derivaron de una de las propuestas que la jefa de gobierno de la Ciudad de México planteó como respuesta a las manifestaciones de mujeres que se llevaron a cabo estas últimas semanas. El esfuerzo ha consistido en llevar a cabo asambleas con diversas autoridades de la capital. Con todo y las complejidades que un proceso colectivo, plural y espontáneo tiene consigo, han sido espacios interesantes. Al tratarse de convocatorias públicas y abiertas, ha habido un grupo de mujeres que hemos intentado dar continuidad a las reuniones, pero también ha habido quienes han utilizado el espacio para (literalmente) acudir a un sitio contenido a pedir auxilio: lejos de “incomodar” la reunión, esos momentos de desfogue se han convertido en minutos de solidaridad y empatía que, tal vez, nunca antes habían sentido esas mujeres que acuden como en una acción de último aliento.
En ambos casos, con autoridades a diferente escala, el común denominador ha sido el entusiasmo, pero también (con justa razón) el escepticismo de quienes participan en los ejercicios de diálogo.
En el primer escenario, será un reto para las autoridades federales lograr articular y dar sentido a todas las exigencias de muy diversa índole que se han vertido en los diferentes foros temáticos para crear el Programa Nacional de Derechos Humanos: que no deje fuera a nadie pero que, al mismo tiempo, sea posible de operar.
En el segundo caso, estamos a la expectativa de la propuesta metodológica que el jueves 12 de septiembre nos mostrarán, después de la aprobación en lo general que se alcanzó en la última asamblea con la Secretaría de las Mujeres de la Ciudad de México. El reto no es menor y las exigencias son muchas, sin embargo el éxito de este proceso en gran medida dependerá del presupuesto y recursos humanos que el gobierno de la capital quiera destinar al tema.
Julia Álvarez Icaza Ramírez. Abogada de la UNAM con formación en derechos humanos. Desde distintos espacios ha trabajado temas de derechos económicos, sociales y culturales. Actualmente investiga sobre justicia transicional, reparación integral del daño y justicia restaurativa.
@Jualicra
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