Mantener la calma no es una opción, es «la» opción en momentos de crisis, mucho más tratándose de temas que atañen a otras personas, o a todo un país, como es el caso de las circunstancias actuales en la relación bilateral México-Estados Unidos. La Presidenta de México. Claudia Sheinbaum Pardo, lo ha mencionado reiteradamente durante las últimas semanas, y hemos visto lo bien que funcionó, sostuvo una conversación con el presidente de Estados Unidos, y logró que se aplazara durante un mes la entrada en vigor de los aranceles que pretendía imponer a México. La Presidenta no sólo se ha anotado un gran punto a su favor (y al de México), sino que también está demostrando la falacia de algunos estereotipos de género, por ejemplo, el que dice que las mujeres “son muy sensibles y reactivas”, gracias a su respuesta estructurada. De acuerdo con el investigador William D. Kimsey en su libro Instrumentos para medir los conflictos, el estilo enfocado hacia el problema (problem focus) consiste en mostrar interés por la causa del conflicto y por identificar concretamente el problema en colaboración con la contraparte, por lo que el interés se centra en encontrar la mejor solución de manera cooperativa. Y es la respuesta más inteligente.
Se está marcando el tono de las relaciones entre los dos países: conversación, acuerdos y cooperación. Es un momento muy importante para sentir orgullo de ser ciudadanos y ciudadanas mexicanas, que gozo escribirlo y decirlo, ciudadanas mexicanas, con autonomía e igualdad sustantiva, que son sujetas políticas.
Sí, estamos bien representadas por la Presidenta, quien ahora nos recuerda el Plan México que propuso (visionariamente) hace unas semanas, destacando los siguientes puntos: generar 1.5 millones de empleos más de los actuales; que el 50 por ciento de la proveeduría y el consumo nacional serán hechos en México en los sectores textil, calzado, mobiliario y juguetes; se aumentará en 15% el contenido nacional; el 50% de las compras públicas serán de producción nacional y los trámites para la inversión en México que tardaban más de dos años y medio se reducirán a un año. Este plan representa la visión de política industrial que busca impulsar mediante incentivos a la inversión y colaboración entre el gobierno y el sector privado, con el fortalecimiento de las micro, pequeñas y medianas empresas, y se plantea fortalecer la presencia de mujeres en las mismas. Este plan tiene retos, pero se pueden sortear siempre con la cabeza fría… Por lo pronto sabemos que el estilo de la Presidenta está funcionando.