Pluma Patriótica

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La #4Tverde

En algún lugar de México, contra todo pronóstico, existe alguna planta que se asoma entre el asfalto o las ruinas de una devastación. Así también, contra todo pronóstico, la 4T Verde se abre paso entre los estragos del neoliberalismo, proyectos desde la democracia, con diferencias profundas: uno ofrece vida y el otro la entorpece, encarece y erradica.

¿Por qué la 4T es Verde? Porque la agenda verde es la parte de la transformación que reivindica a la vida tanto en lo social como en lo económico y eco sistémico. Desde el gobierno, esto implica una reingeniería constitucional que permita aplicar los diagnósticos a la solución de los problemas públicos. Esta fórmula no suena nueva porque forma parte de la democracia, pero sí hay una distinción entre el proyecto fallido del neoliberalismo frente a lo verde y esta distinción la constituyen sus respectivas agendas.

Grosso modo, el neoliberalismo disfraza de mérito a las ambiciones voraces de pocas personas bajo el argumento de que sus fines de lucro benefician al mundo. Nada más falso, para nadie es un secreto que los verdaderos costos de sus productos los subsidia el gobierno y las personas que menos tienen. Por ejemplo, en los ámbitos laboral y de vivienda: en lo laboral, la tecnología permitiría jornadas laborales más cortas y/o la integración de otros elementos inseparables a la contratación de personas tales como un comedor digno, la movilidad, la vivienda, los cuidados, los pagos de servicios y las violencias, sin dejar de mencionar el impacto que tienen sus insumos en el agua, el aire y la tierra; por otro lado, en el ámbito de la vivienda, el mercado no ofrece soluciones a la alta demanda de vivienda social, se espera que el gobierno ofrezca las amenidades que abaraten costos. Con únicamente este par de ejemplos, se abre una caja de pandora. La 4T develó las carencias de una agenda que le funciona solamente a las élites y por eso las urnas se pintaron de guinda, la parte verde de esta transformación está llamada a ofrecer un equilibrio entre los recursos, que el neoliberalismo ha dejado aún más escasos y comprometidos, y las necesidades tanto de la población, como de la iniciativa privada y de los gobiernos.

Siendo este el panorama, con una coordinación nacional de la 4T Verde, la expectativa de consolidar un modelo de estado democrático sin los vicios del neoliberalismo está a la vuelta de los comicios de 2024. Hay esperanza.

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