El trámite de una alerta migratoria, así como una orden de aprehensión en contra de Miguel Ángel Yunes Márquez, representan un acto de justicia para Veracruz y su pueblo, pues refleja el gran esfuerzo por combatir la impunidad y la corrupción que tantos años ha aquejado no solo a nuestra entidad, sino también al país.
Veracruz ha sido escenario de numerosos casos de corrupción, especialmente durante las administraciones de criminales de cuello blanco, como lo son los integrantes del “Clan Yunes”. Quienes destacaron por su autoría en el desvío de recursos, abuso de poder, documentación falsa, fraude, entre otros actos, deteriorando de manera grave y significativa la confianza del pueblo veracruzano en el Estado.
Uno de los casos más emblemáticos ha sido el fraude relacionado con la instalación de cámaras de vigilancia por la empresa Comtelsat durante la administración de Yunes Linares como gobernador. La excusa, que pretendía lograr manipulación política a base de salud sobre un “derrame cerebral”, solo se trató de una artimaña para evadir la justicia, pues de esta manera evitaría declarar ante la FGR por su responsabilidad en este delito. Este tipo de maniobras, junto con la conveniente decisión del PAN de remover a Fernando Yunes Márquez del cargo de suplencia de la candidatura al senado para que Yunes Linares lo ocupara, solo prevenía la reprogramación de la audiciencia, mostrando un patrón de conducta orientado a buscar impunidad y protección frente a las acusaciones legales en su contra.
Miguel Ángel aprendió bien de su papá, pues intentó evadir la justicia excusando su estancia en Florida por un problema en la columna.
Sin embargo, hoy la emisión de una alerta migratoria y una orden de aprehensión contra Yunes Márquez es crucial para restaurar la confianza en el sistema judicial y político de Veracruz. Es grande la necesidad que tenemos como pueblo ver que las leyes se aplican de manera equitativa, sin importar el poder o la influencia de quienes resulten implicados en delitos, pues conscientes estamos todas y todos de que no se trata de un acto de persecución política y asegurarlo así no es más que una calumnia por parte de Miguel Ángel, pues los últimos hechos son la llama viva encendida en una vela de esperanza para hacer justicia necesaria ante las acusaciones de fraude procesal, mentir a las autoridades y uso de documentación apócrifa que enfrenta Yunes Márquez, sinónimo de los años de corrupción y desplazo que tanto nos han dañado y vulnerado.
Atrapar a figuras políticas como Yunes Márquez, quienes se han ganado el título de “criminales de cuello blanco”, representa una luz de esperanza para muchas veracruzanas y veracruzanos. Estos individuos han usado sus posiciones de poder para enriquecerse y evadir la justicia, sin embargo, eventualmente todos deben rendir cuentas por sus acciones.
Ver a la justicia pisándole los talones a estos personajes envía un mensaje claro de que la impunidad no será tolerada y de que hay un compromiso real para erradicar la corrupción.
La esperanza de muchos veracruzanos es que la justicia prevalezca y que los Yunes en futuros procesos electorales no vuelvan a ocupar cargos de poder. Veracruz está cansado de la corrupción y el abuso, y busca representantes políticos que realmente trabajen en beneficio del pueblo, mensaje que el 2 de junio quedó bastante claro con la victoria histórica de la primera gobernadora electa en la historia de nuestra entidad.
Ver la acción judicial contra Yunes Márquez no solo es un acto de justicia, sino también un paso hacia un futuro donde la integridad y la transparencia sean las piedras angulares del gobierno en Veracruz.