Remontémonos a julio del 2019, cuando Enrique Alfaro —a escasos 6 meses de asumir el cargo de Gobernador Constitucional del Estado de Jalisco por el Partido Movimiento Ciudadano— junto con otros 9 gobernadores creó la “Alianza Federalista”. Todos pertenecían a partidos de “oposición” al gobierno federal, también recién asumido por Andrés Manuel López Obrador, después de un triunfo histórico donde más de 30 millones de mexicanas y mexicanos votaron por la coalición “Juntos haremos historia”.
La Alianza estaba compuesta por Jaime Rodríguez “El bronco”, gobernador independiente de Nuevo León; los panistas Francisco García Cabeza de Vaca, de Tamaulipas; Martín Orozco, de Aguascalientes; José Rosas Aispuro, de Durango; Sinuhé Rodríguez, de Guanajuato; los priistas Miguel Riquelme, de Coahuila; José Ignacio Peralta, de Colima; el emecista Enrique Alfaro, de Jalisco, y el perredista Silvano Aureoles, de Michoacán.
Esta alianza le sirvió a Alfaro para acuerpar su evidente disputa con el gobierno federal; al no sentirse solo, inició una precipitada guerra mediática con la federación por diferentes temas, específicamente por “el pacto fiscal”, modelo en el que se distribuyen las facultades y las obligaciones de contribución entre los tres órdenes de gobierno. Este sistema existe para equilibrar las desigualdades históricas entre las entidades federativas.
Las y los jaliscienses hemos vivido de primera mano lo que este “conflicto” con el gobierno federal, o en específico el conflicto creado por Alfaro vs AMLO, nos ha costado. Como dicen “¿pero a qué costo?”. A Alfaro le ha servido para lavarse las manos, sobre absolutamente todos los problemas que suceden en Jalisco: que si la inseguridad, la problemática forense, el primer lugar en desaparecidos, el segundo en feminicidios, covid-19, etc. … Podríamos enumerar la cantidad de ocasiones en las que nuestro gobernador ha culpado al gobierno federal de la falta de sensibilidad y nula actuación del gobierno estatal en Jalisco.
Es más fácil culpar a alguien más de que la entidad que gobiernas se haya convertido en una fosa. Con esta narrativa de víctima es que Alfaro se ha comprado la idea de que es presidenciable; hacia afuera de Jalisco lo han visto como un gobernador combativo que “hace frente” a la federación, pero quienes habitamos el estado sabemos bien de qué se trata. Es una forma mediática de no asumir el fracaso de tu gobierno; en Twitter, cada semana salen las típicas comparaciones de Alfaro vs Alfaro haciendo alusión a cómo él mismo criticaba, sentenciaba y reclamaba al entonces gobernador priista de Jalisco, Jorge Aristóteles Sandoval, de su actuar e incluso lo retaba a dejar el puesto porque “no podía” con el encargo.
Pues bien, a Alfaro se le da bien ser “oposición”, se le da bien atacar al otro para no ver lo que pasa mientras hoy él es gobierno y tiene el control, a través de Movimiento Ciudadano, del Congreso del Estado y de los Ayuntamientos del Área Metropolitana de Guadalajara, donde habita la mayoría de población Jalisciense.
Hace un par de meses, cuando millones de mexicanos salieron a participar en la consulta popular para poder enjuiciar a los expresidentes que tanto daño hicieron al Pueblo, todos los bots de Movimiento Ciudadano, sus diputados y diputadas –que más que políticos son “bloggers” que mercantilizan su imagen aspiracional para transmitir “resultados”, pero que dejan a deber profundamente al oficio político…– salieron a manifestarse en contra de la consulta, sobre lo cara que era, sobre la “poca gente que participó” etc.. La incongruencia es uno de los valores principales que trastocan toda la “política” hecha por emecistas, pues se les olvidaba que, en febrero de este año, su líder Enrique Alfaro solicitó al Congreso del Estado –donde tienen abrumante mayoría– una consulta ciudadana para la revisión del Pacto Fiscal.
Dicha consulta costará nada menos que 22 millones de pesos. Quienes partimos de una construcción donde la participación ciudadana es fundamental para la democracia y la soberanía, creemos en los mecanismos de participación ciudadana. Sin embargo, esta consulta es solo otra forma en que Movimiento Ciudadano se sitúa como opositor al gobierno federal y se mantiene en un discurso anti-AMLO.
Durante todo el año ha habido diferentes declaraciones de Alfaro respecto al propósito de la consulta: primero, que era para ver si salíamos del pacto fiscal; luego, que consultaba sobre si revisar el pacto fiscal, y el 7 de agosto declaró que la consulta es para sobre una iniciativa de reforma constitucional que propuso el ejecutivo –Alfaro– para que periódicamente se revisen los convenios de coordinación fiscal y no solo la permanencia del estado en el pacto fiscal.
La pregunta establecida para el mecanismo es: ¿Estás de acuerdo en que cada 6 años, se revisen los términos de a coordinación Fiscal y dela manera en la que la Federación distribuye los impuestos, para que se decida si Jalisco se mantiene o sale del Pacto Fiscal?”
La consulta para resultar valida requiere la participación del 33% de habitantes jaliscienses –no de la lista nominal- y, como algo histórico, van a dejar participar a niñas niños y adolescentes en la consulta, porque claro, ellas y ellos conocen lo mejor para el estado en materia tributaria.
Esperemos a final de año como acaba la consulta federalista de Enrique Alfaro, a ver si alcanza –contando niñas y niños– los 2 millones 755 mil votos a favor para que sea “válido” hacer algo que tiene la autoridad y mayoría legislativa para realiza, pero que sería el acabose para Jalisco.