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La Consulta Popular (o la política es hacer historia)

Por: Adrián Rodríguez

La Consulta Popular del próximo 1 de agosto, en la que estamos llamados todos los mexicanos a participar para decidir si se comienzan investigaciones en torno a crímenes del pasado perpetrados por actores ligados a nuestras instituciones, tiene dos dimensiones muy claras: la histórica y la política. En otros términos, más precisos: una cara donde está en juego la forma de concebir nuestra memoria pública y sus elementos de activación, y la otra cara, donde el movimiento popular de la 4T tiene una responsabilidad militante.

Sobre su dimensión histórica, hay que observar cómo la gran movilización social que busca fomentar la participación en la Consulta Popular a través de brigadas, asambleas informativas, mesas de debate y análisis, murales, documentales, programas de radio y todo tipo de acciones y dispositivos, es una manera de reproducir y reconfigurar nuestra memoria pública, más allá de la academia de los historiadores y sus herramientas de producción (básicamente libros y textos que casi sólo se leen en estos círculos).

En ese sentido, los historiadores que somos testigos de estas acciones casi estamos obligados a llevar a cabo análisis serios en torno a ellas, para desde ahí reconocer las potencialidades de la consulta y fraguar otras temporalidades en nuestra historia reciente. Por ejemplo, vale la pena preguntarse: ¿en qué sentido el ejercicio de la consulta no permitirían hablar ya del fin de la era neoliberal? Los historiadores de México debemos responder a este cuestionamiento considerando la relación conflictiva de la disciplina de la historia con dos elementos: la memoria y el gran público no relacionado con la academia.

Por otra parte, la dimensión política de la consulta contiene una cuestión muy clara de responsabilidad militante. Si, como lo plantea Damián Selci en su extraordinario libro Teoría militancia. Organización y poder popular, el fin último de un militante —de un cuadro político dedicado a la transformación— es superar el miedo de hacerse responsable por algo que siempre cuya responsabilidad siempre esperó que asumiera otra persona, entonces la consulta es un verdadero ejercicio de poder popular. Es una forma en que el Pueblo de México puede liberarse del paternalismo de políticos y partidos para hacerse responsable de lo que le toca. Este, creo, es el objetivo de la Cuarta Transformación: volver al Pueblo protagonista de su propio destino, sin depender de otras figuras para conquistar derechos, dignidad y justicia. Esto es un dato que todos los militantes del Obradorismo debemos considerar en esta coyuntura y en los próximos tres años.


@AdrianGerardoRS
Historiador, profesor y militante del Movimiento de Regeneración Nacional.

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