El domingo pasado se llevó a cabo el segundo debate del INE de cara a la elección presidencial 2024; considero que sí fue un poco mejor que el anterior incluyendo que la forma de moderar me pareció más profesional esta ocasión.
Ya sabrán —quienes me leen frecuentemente— que pienso que el perfil de la científica humanista rebasa por mucho a sus «contrincantes»; además, llega al debate muy fortalecida en las encuestas con una amplia ventaja de entre 30 y 25 puntos porcentuales sobre a quien va en el segundo lugar —quien, por cierto, ha sido la botana de la campaña presidencial, no da paso sin tropezón la señora X—.
Durante el debate se desarrollaron estos temas: economía, empleo, infraestructura, pobreza, cambio climático y desarrollo sustentable. La científica de izquierdas Claudia Sheinbaum habló sobre la vasta experiencia que tiene en esos temas y cómo los aplicó en la Ciudad de México durante su mandato como jefa de gobierno, habló de los programas sociales y las políticas públicas que impulsó en su gestión y los grandes resultados que se obtuvieron para beneficio de las y los capitalinos.
Por su parte, Xóchitl se dedicó al denuesto machista con señalamientos sobre el exesposo de la exjefa de gobierno, intentó lucrar con tragedias terribles como el terremoto de 2017 y con lo de la línea 12; es una total zopilota política de la peor calaña, esos son temas sensibles que involucran víctimas y accidentes, deben respetarse ante cualquier situación, con la tragedia jamás se lucra por un mínimo de decencia.
Máynez, como ya es costumbre, con un guion muy woke quiso engañar al electorado con que su partido es progresista, cuando han sido nada más y nada menos que el partido satélite de la ultraderecha nacional. Se disfrazan de lo que les convenga esos del PAN naranja; por fortuna, la mayoría del Pueblo de México los ubica ya en el ala conservadora. «La mona, aunque se vista de seda, mona se queda», versa aquel refrán famoso y oportuno para esos farsantes.
En la desesperación de los conservadores, al ver que están perdidos, se dio un intento de censura por parte del PRIAN —previo al segundo debate chilango—: los panistas presentaron quejas ante el Instituto Electoral de la Ciudad de México. Con gran cobardía, Santiago Taboada y sus allegados denunciaron a la dirigencia de Morena de la Ciudad, solicitando que se censuren las referencias sobre el Cártel Inmobiliario. Piden los corruptos que los denunciados —dirigentes de Morena— quiten de sus redes sociales los señalamientos a ese grupo de delincuentes e incluso solicitan abstenerse de mencionar al Cártel Inmobiliario.
Además de delincuentes, son cínicos, cobardes y fascistas. Lo cierto es que jamás podrán callar a un Pueblo organizado. Esa asociación delictiva existe, tiene miembros en la cárcel y operan sin ninguna ética desde la alcaldía Benito Juárez. ¿Por qué nos quieren callar? ¿Por qué no podemos hablar de la corrupción inmobiliaria que ha costado tantas vidas?
En el debate nacional la candidata de morena les decía Priandilla Inmobiliaria a esos que con total descaro intentan censurar y seguir sirviéndose del poder, por fortuna en el corto plazo no pintan, está perdidos y en la lona.
