Inicia el segundo tramo del sexenio del Presidente Andrés Manuel López Obrador y la noticia es que por fin ha convencido a quien fuera su mayor asesor financiero para unirse a su gabinete como secretario de Economía.
La señal es clara: la economía es lo que más cuida el Presidente pues sabe que de ello depende que los cambios que quiere realizar en el país se lleven a cabo.
Con Rogelio Ramírez de la O en Hacienda y Arturo Herrera en Banxico, México está a punto de hacer el giro de 180 grados en su sistema económico, opuesto al neoliberal. Este estará más ocupado en mantener activa la economía desde la base de la pirámide, para que sea esta el motor que active el resto.
No hay que olvidar que activarla no solo permitirá que se mueva la economía, sino que generará también que comience la pacificación del país.
Hace más de 30 años que los empresarios e industriales más ricos del país y sus organizaciones patronales prometen año con año que harán inversiones millonarias en México, pero hasta ahí queda: en promesas o anécdotas periodísticas para terminar siempre con el dinero que lograban sacar de los programas gubernamentales que se generaban como intercambio de esa incumplida inversión. Al final de cada año, las utilidades que generaban esos dineros del Pueblo iban a cuentas privadas, no generaban inversiones y evitaban devolver algo mediante exenciones tributarias. Esto lo ha entendido bien el Presidente y, con el nuevo sistema, se invertirá abajo lo que antes se invertía arriba para desde un inicio dar recursos a los que no lo tienen y, sobre todo, para que ese dinero se mantenga activo en el mercado. Las clases bajas no tienen cuentas en el extranjero ni tiempo para guardarlo, de manera que siempre se mantendrá activa la economía y forzará al empresariado ahora sí a invertir de su dinero si lo que quieren es generar riqueza. En caso que este esquema entre en juego, será el gran motor que siempre se ha esperado para tener un crecimiento real y sostenido.
Esperemos, pues, que dé resultado y que los empresarios arriesguen un poco de su dinero para ahora sí ser parte real de la activación del país.
Así que como dijera aquel expresidente norteamericano, «es la economía estúpidos», dejen de buscarle tres pues al gato.
Y a los extraterrestres, primero investiguen, después opinan.