En Chiapas, como en muchas partes del país, los principios esenciales del proyecto de la Cuarta Transformación se están concretando al pie de la letra. Claudia Sheinbaum, por ejemplo, lleva a cabo esa labor a nivel nacional. En el caso de las entidades federativas, como sabemos, gran parte del territorio es gobernado por la 4T. Las mismas encuestadoras, que se encargan de medir el pulso de la población civil, han detallado los altos niveles que tiene Morena en el poder. Esto, por supuesto, nos hace pensar, en esa lógica, que el Obradorismo ganará los ejercicios democráticos que estarán en disputa en 2025 y 2027. De hecho, la oposición, ya acostumbrada a las sacudidas en las urnas, sabe perfectamente la hecatombe que se le avecina.
Hoy, por mucho, existe una diferencia enorme entre un proyecto y otro. Morena representa la esperanza de transformación, desarrollo y democracia, sin olvidar el lado humano de los gobiernos que, por encima de todo, se encuentran las prioridades de los sectores más vulnerables del país. Eso, cada vez más, se nota en cada una de las entidades. En tiempos de Andrés Manuel López Obrador, pionero de esta lucha, fue posible concretar una serie de proyectos y obras de calidad. Una de ellas, elaborada con un estratégico plan para detonar el desarrollo y turismo, fue precisamente el Tren Maya. Eso, además de abrir la brecha a la modernidad, significó una palanca de impulso para el sur del país; es decir, AMLO cumplió los compromisos que signó con aquellos sectores de la población civil. Con ese nivel de inversión, Claudia Sheinbaum ha prometido movilizar el recurso para que aquella parte de la geografía siga trascendiendo. Una prueba de ello han sido las reuniones constantes con el gobernador de Chiapas, Eduardo Ramírez.
La voluntad del Pueblo, en una proporción inmensa, inclinó la balanza por Eduardo Ramírez en Chiapas. La vasta participación, y la ponderación numérica, a la par, le han permitido al gobernador que sus políticas públicas sean respaldadas. La pacificación del país, que tiene el tema de la seguridad implícito, ha sido una de las principales demandas de la sociedad y, por ende, se ha convertido en una prioridad para redoblar esfuerzos en esa materia. Desde luego, eso, como tal, significó un desafío enorme que, con compromiso, Ramírez Aguilar ha cargado en sus hombros con responsabilidad. Sin ir más lejos, a medida que han transcurrido las semanas, hemos podido atestiguar avances sustanciales que han ido superando las brechas.
Otras de las medidas que han funcionado para profundizar las políticas públicas en Chiapas, ha sido la apuesta a la educación y el uso de las tecnologías para tener acceso al universo del internet. Con mecanismos sofisticados, y con la construcción de la primera Universidad Rosario Castellanos, el sur del país, ante las circunstancias inmejorables, está destinado a seguir creciendo. El gran objetivo, en efecto, es multiplicar los programas sociales que, como ejes rectores, son la punta de lanza para un gobierno que ha encontrado el hilo conductor para sentar las bases de la transformación. El propio Eduardo Ramírez, en tan solo ocho semanas, se ha colocado en el ranking de los mandatarios con mayor aprobación. Eso, como dijo el mismo López Obrador, se debe al cariño del Pueblo sabio y bueno. Eso, a su vez, es gracias a la buena coordinación que existe con la propia Presidenta constitucional de México, que, déjenme decirles, tiene en mente grandes proyectos para el sur del país que, de nueva cuenta, acogió a Morena con una votación histórica.
Y como el Pueblo de México no se equivoca en sus decisiones, le dio el voto de confianza al ahora gobernador de Chiapas, Eduardo Ramírez. Él, dispuesto a entregarse al máximo, está siguiendo al pie de la letra los principios del proyecto de transformación. Primero los pobres y los sectores más vulnerables. A la par de ello, está generando las condiciones para crear un corredor de desarrollo que puede ser atractivo para la inversión de empresas. Eso es verdad, viene creciendo paso a paso; es decir, se han colocado los cimientos de una nueva ERA en el sur. Para tal efecto, eso comprende, conforme a la plataforma de integración que presentó Ramírez, como un abanico de acceso a las oportunidades a través de distintos mecanismos de asistencia.
En concreto, Chiapas, situado en una parte estratégica del país, tiene una oportunidad inmejorable de seguir avanzando ahora que Eduardo Ramírez ha asumido el poder institucional. Eso es fundamental, porque llega con una legitimidad impresionante que, a su vez, le permitirá, además de la participación para la toma de decisiones, una mejor visión para mejorar la calidad de vida de los chiapanecos. Sin ir más lejos, esto es la nueva era en la 4T.