Fuentes —no quiero decir cuáles son, pero tienen mucho que ver con mis amigas del club, o sea, gente muy experimentada en analizar la dictadura de AMLO— me dijeron recientemente algo que me dejó horrorizada: los rusos y los chinos están impregnando de un gas experimental a México (lo llaman gasparín o algo así, en clave, creo yo), que explica mucho lo que pasó en este país en las elecciones. Así como lo oyen: se trata de un gas que te deja ciego, pero no de los ojos, sino de la mente. Y nadie se da cuenta; es inoloro e inodoro. O sea, algo así, pero transparente totalmente, que se te mete estés donde estés. O sea, no sólo afecta a los pobres, pues. Y, justamente por eso, cambiaron todas las cosas, porque mucha gente votó por Claudia Sheinbaum sin poder ver el desastre que hizo AMLO con el sistema de salud, todo destartalado; ni la crisis ambiental en la que estamos; el adoctrinamiento de los niños; ya no digas el peligro que nos acecha todos los días con el crimen organizado, o con la crisis económica que estamos viviendo y que tiene al gobierno en la quiebra. O sea, la gente se encegueció y, aunque ya teníamos asegurada la victoria en las encuestas buenas, resultó algo muy distinto al final de cuentas, que ni el mismo Aguilar Camín se podía explicar. Pero el plan no acaba ahí. Dicen los enterados y enteradas —o sea, mis amigas— que en el Foro de Sao Paulo se pusieron de acuerdo para ir metiendo en la mente de los mexicanos, pobres y ricos, nuevos pensamientos, a partir de la comida. Que por eso ya no querían en EE. UU. los aguacates, porque traen ideas raras. Y tampoco quieren el maíz transgénico aquí, porque de algún modo te despierta y te quita el efecto perverso. La cosa es que estamos expuestos a muchas cosas que no nos imaginamos, pero que están fanatizando a mucha gente que piensa que apoya a la 4T —pero, en realidad, en su ser más íntimo, no la apoya, pero sí la apoya solo a fuerzas—. Eso también explica que nadie le haga el menor caso a Xóchitl, quien hizo su recorrido en medios y ya cae gorda. ¿Sí me entienden? ¡¡¡O sea, hasta gorda nos cae!!! ¡¡¡Es un efecto perverso!!! Pero no es uno, sino que son todas las secuelas de lo que estamos aspirando sin darnos cuenta, como parte de ese plan malévolo del circuito del comunismo global y ecuménico, cuyas primeras víctimas somos nosotros, porque eso es sólo el comienzo… Va a ser mundial. A mí, en cierta forma, esto me tranquiliza, porque me explica por qué tanta gente eligió matar la democracia al votar por Claudia. Mañana mismo voy a Atypical para tranquilizarlos, porque desde el 2 de junio en la noche no se hallan. Les faltaba esta explicación, que por cierto coincide con algo que sacó Nexos. Bueno, ya me voy porque vino este muchacho de bata blanca a darme mi pastilla.
